☁𝓑𝓪𝓭 𝓛𝓾𝓬𝓴☁ 𝙷𝚎𝚎𝙷𝚢𝚎

XII

Luego de el tema del beso y el extraño comienzo de una relación que ambas desconocían, ninguna se había dado cuenta que lo suyo había cambiado.

Estaban en un punto de no retorno, aunque no lo sabían aún.

El fin de semana largo, donde HeeJin no tuvo que asistir a la universidad y pasó todo el día con HyeJu, quien se había vuelto una gatita más mimosa y alegre que antes, ronroneaba más fuerte y había vuelto a jugar con una pelota con cascabeles que HeeJin había encontrado detrás de un mueble, y siempre reía al ver a su gatita correr la sonora pelotita por toda la casa.

Pero como todo fin de semana largo, también terminó y, como siempre, HeeJin llevó a HyeJu a casa de Jinsoul para que se quedara con las híbridas mientras ella pasaba la mañana en la universidad.

HyeJu solía cambiar a su forma gatuna para ir a lo de la extraña amiga de su dueña, aunque esta vez se negó a hacerlo.

Con un suspiro de derrota, HeeJin buscó un gorro para esconder las orejitas sobre su cabeza, y HyeJu se ruborizó cuando la chica la rodeó para acomodar su cola dentro de sus pantalones, mordiendo su labio con fuerza.

Su cola era muy sensible y se sintió extrañamente acalorada por ese gesto.

El tráfico de híbridos era una realidad, y por más que no solía pasar en esa parte de la ciudad, la rubia prefería prevenir antes de curar.

Antes de salir, HeeJin tomó su mano, y caminaron así las dos cuadras que separaban el departamento de Jeon con la casa de Jinsoul.

Como siempre, la sonriente chica las recibió con todo su buen humor mañanero, distinto al de HeeJin, quien le alteraba un poco que su amiga hablará de una forma tan aguda cuando estaba alegre.

HeeJin ni cruzó el umbral de la puerta, debía volver al departamento para buscar sus cosas y así poder irse, apenas le dedicó un saludo que sonó cansado y se volteó dispuesta a regresar.

Pero el tirón en su mano la hizo voltear.

Vió a HyeJu con sus lindos y rasgados ojitos, casi suplicantes, un pequeño puchero en sus labios, la minina sostenía su mano, con sus dedos entrelazados, sin dejarla escapar.

HeeJin abrió un poco de más sus ojos, sin saber qué hacer, miró a Jinsoul, detrás de HyeJu, quien tenía una sonrisa enorme en el rostro.

La gatita notó que su humana era muy lenta y no se había dado cuenta de lo que quería, así que se acercó a ella para abrazarla un momento, escondiendo su rostro en el cuello de la rubia.

HeeJin la miró con sorpresa, comprendiendo que su gatita quería unos mimos de despedida, devolvió el abrazo, acariciando su cabeza.

Notó a Jinsoul, un poco más atrás, dentro de la casa, quien daba saltitos de emoción.

HeeJin rodó los ojos.

HyeJu se frotó levemente en su cuello antes de apartarse un poco, mirando los ojos de su dueña, que sonreían ligeramente.

Sin importarle nada, la gatita acercó sus labios a los de HeeJin, besando con calma.

En esos días a solas habían practicado los besos bastante, y, a pesar de que HyeJu nunca podría ganarle a su humana en sus batallas de lenguas, tenía suficiente confianza para comenzar un ritmo lento, o seguir algo más apasionado.

HeeJin dejó que su gatita la besara con lentitud, acariciando un poco la mejilla de la híbrida mientras la acompañaba en tiernos movimientos.

Se separaron con lentitud, mirándose con una sonrisa en sus rostros.

— ¡La puta madre!

El grito de Jinsoul hizo a HyeJu saltar del susto, sintió su cola erizarse bajo sus pantalones.

— ¡Son tan tiernas y tan bonitas y-!

— Cállate de una vez— soltó HeeJin, en tono brusco, se separó de HyeJu y se fue a paso apresurado.

HyeJu no pudo evitar sentirse un poco mal, se mordió el labio con pena, sintiendo que había hecho mal.

Ella sólo quería un beso de despedida.

—Vamos, pequeña— las manos de Jinsoul sobre sus hombros la hicieron alzar la vista del suelo—. Entra, hace frío.