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YeJi sintió su celular sonar en su bolsillo, sus manos seguían sudando por lo que había terminado de hacer minutos antes, con la tensión de ser descubierta aún presente en su pecho.

— ¿RyuJin? ¿Y ahora?

¿Me vienes a buscar?

YeJi rodó los ojos.

— ¿Donde estás? — masculló, mientras buscaba su abrigo y tomaba las llaves de su auto.

Ya te paso la ubicación, no sé las calles... Es una comisaría, te darás cuenta.

Sus pasos se detuvieron.

— ¿Qué mierda hiciste? ¿Ya te descubrieron a ti también? RyuJin, si te atrapan a ti todo se va a caer, a la mierda, no me metas en-

Que no. Estoy porque me golpearon. No me dejan ir hasta que alguien venga por mí.

YeJi suspiró.

— Bien, te lo tenían merecido entonces— dijo—. Cuéntame más mientras voy en camino— dijo, tenía un trecho hasta la cochera y quería reírse un poco de esa idiota.

¿Recuerdas que dije que iría a ver a HeeJin?

— No me digas que ella...— YeJi cubrió su boca, aguantando una risa, mientras el ascensor la llevaba hasta la cochera— ¿Tanto tenías que molestar?

Mira, no jodas con eso ahora— RyuJin se notaba molesta, pero debía mantener la compostura de víctima para los oficiales de la comisaría, así que se obligó a calmarse—. Pero sí, fue HeeJin, y ¿Sabes qué? Qué se joda... Ya me tiene harta. Ya pasó el límite de lo que la puedo soportar... Alguien así no merece amor, YeJi.

— Que una asesina manipuladora, violadora... La lista es larga, básicamente con carga toda una mafia sobre sus hombros... Que tu digas eso, no tiene mucho sentido— Dijo, colocó la llamada en altavoz, ya en el auto, lo encendió y comenzó a manejar, buscando la dirección en el mapa.

Deja de joder, que no es lo mismo— replicó RyuJin, como una niña —. Y ven rápido.

— Ya estoy yendo, RyuJin, cálmate, ahora dime, ¿Por qué te golpeó tu ex?

No quiso que entrara a su departamento.

— Bueno... Eres muy pesada, Ryu, HeeJin necesita su espacio, quizá necesite mucho más tiempo... No se puede superar la muerte de tu novia en una semana, ¿No crees?

Espero que sea por eso— dijo, cosa que hizo a YeJi fruncir el ceño—. Por tu bien... Y no porque no quiere que vea algo, ¿Sabes? O a alguien.

YeJi comenzó a sudar frío.

Ya pensando que no iba a salir de esto muy fácil, tomó el teléfono, fue hacia el primer contacto de alguna persona de la organización y sólo envió el vídeo.

El vídeo que iba a arruinar todo el imperio de los Shin, su confesión, su testimonio de tantos años de maltrato a inocentes.

Era bastante largo, esperaba que se enviara antes de que pudiera ser evitado, aunque quizás, nadie se de cuenta.

¿YeJi? — la llamada seguía en curso.

— Estoy aquí, ya estoy a unas cuadras, qué impaciente, pobre de quien sea tu pareja y te soporte.

Me voy a rendir de las parejas un tiempo, YeJi— dijo—. Pero quería decirte, que espero que eso de que estés viniendo sea real.

YeJi no respondió.

No como la muerte de HyeJu.

Apretó su mandíbula y el volante con sus dedos.

¿Cuánto pensaste que iba a tardar en saberlo? ¿Crees que ibas a durar mucho?

YeJi, por primera vez en mucho tiempo, quiso llorar.

E ibas tan bien, sabes, te felicito— aceptó RyuJin—. No siempre un traidor dura tantos años a mí lado... Y con mí confianza, ni siquiera lo sospeché... Qué maldita— la escuchó reír un poco— ¿Sabes lo que te arruinó?

YeJi ya estaba rendida, pero si se hubiera negado, quizás las cosas habían terminado diferentes.

— ¿Qué?

RyuJin rió.

Así que no lo niegas... Y yo que tenía un poco más de esperanza...

YeJi se mordió el labio con nervios, al doblar encontró la comisaría de la mano del frente.

La curiosidad de una gata que salió de un departamento y fue vista por los vecinos.

— Ya estoy afuera.

Bien, fue una linda charla, YeJi dijo—. En cuanto regresemos al hotel, eres mujer muerta, despídete de la vida, te regalo estos minutos.

☁𝓑𝓪𝓭 𝓛𝓾𝓬𝓴☁ 𝙷𝚎𝚎𝙷𝚢𝚎Where stories live. Discover now