LXXI

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HeeJin apretó a la gatita negra contra su pecho, su torso y su garganta ardían, tosió y se sintió a morir.

Aún a metros del refugio en plenas y fuertes llamas, sentía demasiado calor.

La gata entre sus brazos maullo de forma lastimera, y entreabrió los ojos para enfocar torpemente la vista en ella.

— E-Estoy bien, Hye... — murmuró, e intentó sonreírle aunque sus labios temblaron.

Aún sentía el miedo correr en su interior, temblaba y tenía ganas de llorar.

Todo había sido muy de repente.

De un momento a otro había pasado de jugar con su gatita, y con su hermano, a ayudar a evacuar a los híbridos aterrados a causa de aquel incendio.

¿Qué clase de enfermo haría quemar el lugar?

Eso no podía haber sido accidental.

Tosió de forma débil y la gata escapó de sus brazos, la híbrida comenzó a maullar para llamar la atención de alguien, al ver a la humana tan mal, comenzó a caminar entre la gente, buscando a alguien que se vea bien entre todas las víctimas.

— ¿Qué pasa pequeño? — la primera persona que le dió atención a la híbrida la siguió con la mirada hasta la rubia, acostada en el suelo, quien seguía tosiendo a causa del humo que había aspirado en los minutos que había estado dentro.

Corrió hasta ella y se apresuró a colocarla de costado, permitiendo que respirara un poco mejor y confortándola un poco al saber que iba a ayudarla, fueron un par de segundos hasta que HeeJin se sintió un poco mejor, y asintió para agradecerle, se sentó torpemente con ayuda del pelinegro de rostro amable a su lado.

— ¿Jeon HeeJin, no? — preguntó, la nombrada asintió—. Jinsoul me dijo que eras amiga suya, soy Sunghoon, soy su compañero.

— ¿D-Dónde...?

— ¿Está ella? La trasladaron al hospital en la primera ambulancia que llegó— dijo—. Estaba muy intoxicada por el humo.

HeeJin se sintió al borde de las lágrimas.

— ¿Qué?

— Jinsoul no sabe cuándo parar cuando se trata de ayudar a los híbridos— murmuró—. Unos compañeros la detuvieron antes de que se metiera de nuevo— miró al refugio, ahora del color carbón mientras las llamas lo terminaban de consumir en su totalidad—. No hubiera salido viva si entraba una vez más...

Sunghoon le extendió una botella de agua, media vacía, la cual HeeJin aceptó con gusto y tomó unos tragos que calmaron un poco su interior.

Se vio a sí misma y noto el desastre, su ropa estaba negra y algo quemada en partes, su piel también estaba sucia y cubierta en cenizas, dándole un color grisáceo, no era la única, todos estaban igual, Sunghoon, a su lado, también, los otros compañeros, los híbridos que había ayudado a salir.

Toda la calle había sido cortada por las personas, incluso antes de que la policía llegará con sus conos de seguridad, eran un promedio de treinta híbridos, y otros diez empleados, se sumaron curiosos, la policía, varios paramédicos, y estaban llegando los bomberos también.

Los híbridos estaban más que asustados, podías escuchar sus lloriqueos, y los trabajadores de refugio que quedaban, junto con algunos veterinarios o amables transeúntes estaban con ellos para calmarlos, pero dolía verlos afectados.

Miau~

— Junnie... — HeeJin le sonrió, acariciando su cabecita, la gatita estaba con las orejas bajas y el cuerpo erizado del susto—. No pasa nada, gatita, ya está.

La híbrida se sacudió, haciendo que HeeJin apartara su mano.

— ¿Qué te pasa?

La gata se notaba nerviosa, y pareció dudar un momento en cambiar o no, hasta que finalmente lo hizo, su cabello negro y un poco largo no dejaba ver su rostro, pero no tuvo que pasar mucho para que HeeJin entendiera que no era su novia.

— Sunwoo...

— No soy HyeJu... HyeJu no está— habló con dificultad.

HeeJin no pudo reaccionar por dos segundos completos, se irguió un poco y se acercó a él.

— Sunwoo, ¿Cómo es eso de que HyeJu no está?

El labio inferior del híbrido tembló, su mirada estaba baja, simplemente no podía mirarla, siempre le había tenido pánico a la gente, porque casi siempre habían sido malos con él, le costaba hablar y estaba haciendo un esfuerzo porque sabía que su hermana la amaba y por lo tanto, esa chica debía ser buena, debía ser de confianza.

— Sunwoo...— la voz de la rubia sonó rota, apartó los oscuros cabellos de su rostro y miró sus ojos con súplica—. ¿Dónde está?

Sunwoo negó.

— N-No sé— dijo—. Perdió... Ella estaba y después... Ya no— intentó explicarse con sorpresa y algo de pánico por la cercanía de la humana.

— ¿HeeJin? — Sunghoon se acercó a ella al verla temblar por causa del llanto—. ¿Qué pasa?

La rubia quiso pararse, lo hizo con dificultad, separándose de aquellos dos y correr hacia cualquier lado, su cuerpo se tambaleó pero comenzó a caminar rápido así no caer, mientras intentaba verla, una cabellera negra, unas orejitas, un algo.

— ¡HyeJu! — grito con todas sus fuerzas— ¡HyeJu! — sintió sus pulmones quemar, las lágrimas la inundaron, su vista se nublo y sintió como su corazón se quebraba en pedacitos al no ver ningún indicio de ella.

— ¡HeeJin! — Sunghoon se acercó a ella y tuvo que sostenerla para que no cayera, aunque al final, por todo su llanto, por todo lo rota que se encontraba, la acomodó para quedar sentada en el suelo, mientras lloraba sobre su hombro—. HeeJin... ¿Qué pasó?

La humana sollozó, abrazándolo, sin importarle que fuera un completo extraño en realidad, Sunwoo se acercó despacio hacia ella, manteniendo su distancia, sintiéndose terrible por el estado de la rubia.

— HyeJu desapareció...

[...]

Cuando dije que no le va a pasar nada a HyeJu me refería a que no va a morir.

☁𝓑𝓪𝓭 𝓛𝓾𝓬𝓴☁ 𝙷𝚎𝚎𝙷𝚢𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora