XCVII

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RyuJin no llegó a golpear una vez a ninguna de sus dos prisioneras, cuando una alarma sonó en la habitación, los ojos de la peliazul se abrieron de más, el derecho, lo que pudo, ya que ese era el que estaba morado y aún hinchado por la golpiza que le había dado HeeJin el día anterior.

La escuchó insultar y se apartó de HyeJu, haciendo que HeeJin volviera a respirar con alivio, aunque la híbrida no dejó de temblar.

Vió a RyuJin alejarse y buscar su teléfono por ahí, aprovechó para hablar con su novia.

— HyeJu... No vuelvas a hacer eso en tu puta vida— murmuró, algo molesta, se inclinó todo lo que las ataduras le permitieron—. Tonta... Casi me matas...

La escuchó llorar un poco más fuerte, y su corazón se rompió un poco.

— HyeHye... — vió sus orejas alzarse un poco—. Saldremos de aquí, las dos, ¿Sí? Lo prometo...

HyeJu asintió levemente.

— Gatita... Te amo.

HyeJu controló su respiración, necesitaba calmarse y dejar de llorar como una condenada, comenzó a ronronear bajo para calmarse, alzó sus ojos llorosos por primera vez hacia los de HeeJin, encontrando sus miradas, compartieron ese brillo amoroso de nuevo.

— Fabuloso— fueron interrumpidas por la voz enojada de RyuJin, y lo primero que ambas pensaron fue que no debieron haber hecho eso, y después de ver el arma que cargaba en su mano se sintieron perdidas—. Sus amigos vinieron aquí, ¿Lo saben?

Escucharon a RyuJin quitar el seguro al arma.

— ¿Creen que aún así van a escapar? — preguntó— ¿Creen que aún así van a poder contra mí? — alzó la pistola plateada, dejándola a un lado de su rostro, apuntando hacia arriba.

Suspiró, bajó el arma y tomó su teléfono, mandó un audio sin más:

— A todos los idiotas que están aquí, elijan al más listo de ustedes y que los mandé él, yo los dejo— dijo, sin importancia dejó el celular lejos, para volverse de nuevo hacia ellas—. No sé cómo lo lograron— apretó el mango de la pistola hasta que sus nudillos se hicieron blancos—. Pero las odio— admitió, pasó su mirada por cada una, dejó sus ojos sobre HeeJin, la pistola la siguió.

HyeJu negó, no quería que pasara lo único que su mente podía pensar, e iba a hablar cuando la mirada enojada de HeeJin se posó sobre ella, y sólo se mordió el labio para callar, agachó el rostro y volvió a sollozar, su cabeza comenzaba a doler de tanto llanto, no quería ver lo peor.

HyeJu no lo vió, pero HeeJin si, y sus ojos se abrieron con miedo al ver a RyuJin apuntar a la híbrida.

— Las odio a ambas.

🐾

Al abrirse las puertas, de inmediato los policías se tensaron, alzando sus escudos y armas, pero nada pasó fue cuestión de segundos para que un par de hombres, desde el interior, salieran de aquel ligar con las manos en alto, más le siguieron.

No eran tan idiotas.

No tenían escapatoria, si masacraban a todos ellos sólo tendrían años y años de condena que sumar, no podían simplemente irse, lo más sensato era entregarse.

No mostraron objeción alguna al ser esposados, y mientras tanto, los miembros de la Organización entraban al lugar, escoltados por uno de aquel lugar para abrir todas las puertas y un par de policías, por si acaso, mientras abrían puertas de lo que parecía más bien celdas y sacaban a asustados híbridos en brazos, casi todos, y los llevaban a la entrada del hotel.

Pronto, más miembros de la Organización y voluntarios se iban a sumar a sacarlos a todos de ese lugar.

Pero, apartados de ese grupo, Sunghoon, quien seguía sosteniendo la muñeca de Jinsoul, miraba las paredes y los pasillos reconociendo el lugar y el camino hacia la oficina de RyuJin, lugar donde debería estar con las otras dos.

Después de creer perderse, finalmente lo encontró, a lo lejos.

— ¡Ahí! — con emoción, tiró de Jinsoul y casi corriendo hasta allá, a mitad de camino, aún a metros de la puerta, escucharon el disparo, y el castaño se detuvo con miedo, aunque la otra no hizo lo mismo y sólo fue hacia allá, abriendo la puerta de par en par.

La puerta no tenía traba, sólo fue necesario girar el picaporte para abrirla, y se mareo al ver la sangre en el suelo, al punto que Sunghoon tuvo que sostenerla al verla tambalearse

— S-Soul... — lloriqueo HyeJu, asustada por todo lo que había pasado.

— ¡Mueve el culo, Jinsoul! — HeeJin forcejeo en su silla de nuevo.

Jinsoul tardó un momento en asentir, entrando a la sala intentando ignorar el cadáver de la peliazul en el suelo, y el charco de sangre que comenzaba a crecer.

De todas formas, sentía su pecho oprimido y de nuevo, la punzada en su costado volvía a doler, esta vez peor.

A Jinsoul no le sorprendió ni un poco que Sunghoon cargara una navaja consigo, y fue lo que sirvió para cortar las ataduras y liberar a ambas, quienes se abrazaron y continuaron llorando de forma desconsolada, con HeeJin acariciando sus orejas, su cabello y su espalda y HyeJu abrazándola con fuerza por el cuello mientras escondía el rostro para llorar.

— Ya está, Junnie... Ya está— murmuró HeeJin, entre lágrimas—. Ya no hay más, ya no pasará más.

La híbrida sólo podía llorar.

Jinsoul tenía ganas de abrazarlas a ambas, lo necesitaba, pero se sintió terriblemente ahogada, y no importaba qué tanto respirara, no podía obtener aire de nuevo, y el dolor en su pecho se hizo insoportable.

— Sunghoon... — llamó al único que estaba cerca, con una mano en el pecho, y se sostuvo de él con fuerza en cuanto lo alcanzó, el castaño notó su miedo—. No puedo respirar...

☁𝓑𝓪𝓭 𝓛𝓾𝓬𝓴☁ 𝙷𝚎𝚎𝙷𝚢𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora