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Las híbridas detuvieron su juego de golpe, las orejas de Chaewon y HyunJin se movieron con inseguridad, HyeJu alzó las suyas al ver el cambio de comportamiento de sus amigas, tardó un poco más en sentir lo que tenía a las otras dos alteradas.

Una sensación de tristeza hizo a su pecho temblar por dentro.

Frunció su ceño mientras acariciaba sobre su corazón, allí donde sentía esa compresión y que sabía que no le era propia; que era de alguien más, cerca de ella, que estaba sufriendo.

Chaewon hizo un notable puchero, miró a la tigresa, quien tenía el ceño fruncido.

— Jin-unnie está llorando— murmuró la coneja, frotó sus ojitos—. Quiero llorar también, Hyunnie...

La híbrida de tigre arrojó la pelota atrás de sí, acercándose a Chaewon rápidamente, la menor abrazó su cuello, escondiendo su rostro en su hombro, bastó para que Hyun la alzara un poco para que la coneja abrazara su cintura con las piernas, se levantó completamente, frotando la espalda de Chaewon.

— Está bien, Wonnie, no llores ahora— murmuró—. Tenemos que hacer sentir bien a Soullie, no es momento para llorar.

Chaewon asintió, aún abrazando con fuerza a su novia.

Ambas, así de juntas, salieron de la sala de juegos, rumbo al cuarto de Jinsoul, allí donde la fea sensación se sentía con más fuerza.

HyeJu las siguió por curiosidad, y en parte porque sentía algo incómodo en su pecho, que sabía que se trataba de su HeeJin.

HyunJin se asomó un poco por la puerta, esperó unos segundos antes de entrar.

HyeJu tardó un poco más en asomarse, sin entrar.

La gatita escuchó la ligera risa de HeeJin y se asomó un poco hacia el interior, notando que ahora Chaewon estaba sentada sobre el regazo de Jinsoul, abrazándola y dejando besos de un lado de su rostro, mientras del otro estaba HyunJin, quien también abrazaba a su humana y dejaba besos de su lado.

HyeJu sonrió por lo lindo y extraño que se veía aquello, pero era amor al fin y al cabo, el amor de aquellas tres.

Fue cuestión de segundos para que HeeJin abarcara su vista.

— Dejémoslas un rato, Junnie— dijo la rubia con suavidad, colocando sus manos en la cintura de la pelinegra, haciendo que las mejillas de HyeJu se pusieran rojas, la felina asintió, retrocedió y HeeJin cerró la puerta detrás de ella.

HyeJu notó los ojos enrojecidos de HeeJin.

— HeeJinnie, ¿Estabas llorando?

La rubia negó.

— Pero casi— murmuró, abrazando a HyeJu con suavidad, encajando sus cuerpos perfectamente.

— ¿P-Por qué? — murmuró HyeJu, la sensación en su pecho se había ido, ahora quería ronronear por tan lindo abrazo, pero no podía ignorar el hecho de que HeeJin había estado a punto de llorar.

— No importa, Junnie— HeeJin negó—. Te amo mucho, ¿Sabes?

— Yo también te amo, HeeJin— concordó, y la rubia rió con alegría, haciendo sonreír a la felina.

— No podría soportar que te pasara algo malo, HyeJu. No dejaré que te pase nada.

HyeJu no entendió a que venían esas palabras, pero no dijo nada, se frotó un poco en el cuello de HeeJin, ronroneando más fuerte.

☁𝓑𝓪𝓭 𝓛𝓾𝓬𝓴☁ 𝙷𝚎𝚎𝙷𝚢𝚎Where stories live. Discover now