Plan

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– ¡Sandoval! Tu visita conyugal ya llegó — ingreso a la celda — Vamos

– Puntual como siempre — esbocé una sonrisa — ¿Qué pasa? ¿Estás celoso de no ser tú?

– Déjate de juegos Mexicana, vamos que tengo cosas mejores para hacer que está.




Amaba molestar a los celadores gringos soberbios, en especial porque no podían hacerme lo mismo que a las otras presas, tener a la directora de mi lado era de las mejores cosas que pude hacer aquí adentro, no recibía golpes ni toques que luego te dejaban como una estúpida total. Al principio fue por el embarazo, la directora quería ser buena conmigo por esa razón, me invitaba a su oficina, a veces ofreciéndome mejor comida que la de la cafetería, hasta que le mostré mi poder.

Organice a un par de personas fuera de su casa, le llegaban vídeos de como ingresaban a ella sin ningún problema, junto con mi amenaza claro. Así luego descubrí que estaba metida en cosas turbias, ahora no sólo la tenía asegurada por su familia, ella podía terminar presa aquí y eso significaba que no sobreviviría ni al mediodía prácticamente, las presas la destrozarian a la primera oportunidad; entonces le convenía llevarse bien conmigo. Pude pedir una celda para mi sola pero necesito de mis compañeras.

¿Acaso creen que soy la única que esta haciendo un plan para huir? Para hacer que este tipo de cosas funcione, necesitas comprar unos cuantos guardias, ellos son los que las van a "socorrer" cuando el momento llegue, mis compañeras guardaban mi secreto nada más porque saldrían conmigo de ese infierno. Ya tenía al médico de nuestro lado, él solicitaría el traslado a un hospital con alguna excusa de vida o muerte por supuesto.

Nuestro plan consistía en lo siguiente, un rato antes fingiria un parto prematuro, nadie discute contra eso, me pondrían en la primera ambulancia disponible, mientras tanto mis compañeras estarían en la cafetería, desayunarian como todos los días, algo normal claramente, hasta que se empiecen a quejar de un dolor agudo, tendrían que vomitar un poco y sacar sus dotes de actriz si querían que los guardias las llevaran a enfermería, donde nuestro querido médico también las mandaría al hospital.

Ahora ¿quién es la persona encargada de liberar estos traslados? La directora, por eso ahora mismo iba a reunirme con Matamoros en una de esas habitaciones para coger, tendríamos que hacer ruido pero no importa. Es el único sitio donde realmente podíamos cuadrar todo lo que faltaba para tener el plan de fuga listo, me entregaron una canasta con preservativos además de unas sábanas nuevas. Ambos preparamos la cama mientras me daba un pequeño informe de lo que pasaba afuera.






– Te traje una bolsita de gomitas — susurró mientras tomaba asiento en la cama — Probablemente se te antoje lo dulce a está altura

– ¡Gracias! No sabes cuanto me provocaba comerlas. — subí a la cama para comenzar a dar pequeños saltos

– Le dí en el clavo entonces — sonríe levemente antes de saltar también

– ¡Ah! ¡Que maravilla!

– Puedes decirles a tus amigas que ya tenemos todo listo — aseguró — Deberás explicarles la siguiente parte del plan

– Cuenta con eso

– Tengo información importante del médico y de la directora — saca unas fotos — Con esto no podrán negarse a que las trasladen

– Matamoros... — resople antes de sentarme a su lado — Eres mejor que un amante

– Pues gracias — carcajea — Ahora debemos hablar de lo que haremos una vez llegues al hospital

– Me pasarán a una habitación probablemente, tú tendrás que estar ahí antes de que lleguemos, consiguete un uniforme — sigue saltando un poco para hacer sonar los resortes de la cama — Tienes que ser del equipo de limpieza, nos vas a sacar en uno de esos carritos gigantes donde meten las sábanas y batas

Barrotes De AceroOù les histoires vivent. Découvrez maintenant