El Expediente.

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– Traten de borrar todo eso de la pared — masajea su oído — Lo que no salga le pasan pintura encima

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– Traten de borrar todo eso de la pared — masajea su oído — Lo que no salga le pasan pintura encima

– Si Patrón.

– De verdad no logro entender como pueden burlar la seguridad — comento Eleonora mientras veía a los de la servidumbre fregar la pared — ¿No contrataste al mejor equipo?

– Es obvio que no, por eso entraron de nuevo a la casa — manda algunos textos

– Podrías decirle a la policía de esto, tal vez pongan una patrulla que vigile la casa

– ¿En serio crees que quiero a una patrulla merodeando mi casa? Eleonora, piensa un poco

– Bueno creí que tu miedo a que nos maten mientras dormimos era más grande

– ¿Miedo dijiste? No tengo miedo ¿No ves que lo único que busca esta persona es molestar?

– Y lo consigue, mírate nada más

– ¿Puedes hacerme un favor? Cierra la boca, estoy harto de escuchar tu voz — se retira pisando firme

– Quien quiera que sea está persona, sabe muy bien como jugar sus cartas, un día de estos vuelve a caer al piso por un infarto — observa la pared






Habían entrado ya un par de veces a dejar este tipo de mensajes pero el de hoy era la palabra "traidor" en rojo, se repetía una y otra vez sobre la pared blanca. Eleonora comenzaba a preocuparse porque ella sí temía por su vida y la de su hijo Lucho, que por ahora no estaba en México pero pronto regresaría y no quería que esto continuará, por lo que decidió pedirle ayuda a sus padres, ellos contaban con buenos contactos cuando se trataba de seguridad, sin más le pasaron unos cuantos números de agencias que podrían proveerle de nuevos guardias.

Tal vez los que tenía ahora estaban confabulados para que pudieran seguir molestando a su esposo, José Luís nunca pensó en aquella posibilidad obviamente, estaba más metido en conseguir el expediente médico de Altagracia y en descubrir la identidad de esas personas que hace semanas lo estaban siguiendo más que en otra cosa, tal vez se molestaría un poco cuando descubriera que despidió a todos su guardias y los reemplazo pero no le importaba, si él no tomaría las riendas pues le tocaba a ella.

Mientras tanto en la constructora Navarrete, José Luís recibía la llamada del médico de la prisión, hace unas horas había solicitado hablar con él sobre el expediente de Altagracia por supuesto se negó al principio pero con dinero la cosa cambió, decidió que le entregaría el registro computarizado; allí podría verificar todas las anotaciones desde que el embarazo se descubrió hasta ahora, tenía bastante para leer pero eso no le causaba conflicto. Le pidió que le contará como la había visto también en la última revisión, luego de saber que continúa siendo un dolor de muelas comenzó leyendo el expediente.

Barrotes De AceroWhere stories live. Discover now