Náuseas.

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Se tomó todo aquel día para pensar, Aliyah se iría todo el fin de semana con su papá así que aprovecharía para meditar la idea de contarle a José Luís sobre el nuevo integrante, durante el fin de semana se la pasó vomitando durante la mañana, por ...

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Se tomó todo aquel día para pensar, Aliyah se iría todo el fin de semana con su papá así que aprovecharía para meditar la idea de contarle a José Luís sobre el nuevo integrante, durante el fin de semana se la pasó vomitando durante la mañana, por lo menos no era tan intenso como con Aliyah, todavía podía comer y estar sin los mareos horribles, el único malestar que sentía se daba a la mañana, intento relajarse también, quiso darse mimos para sacar toda la tensión acumulada por el trabajo pero al final lo dejaba a medias pues no podía relajarse.

El lunes tenía una junta importante a la mañana, esperaba que todo saliera bien pero desgraciadamente los planes que uno hace nunca salen tal cual, aquella mañana de lunes ni bien abrió los ojos tuvo que internarse en el baño, tenía nuevamente esa sensación de que vomitaria, los primeros diez minutos se la pasó con aquella sensación. Después de vomitar finalmente se quedó sentada en el piso por unos minutos hasta que consiguió darse una ducha y arreglarse, después de maquillarse le agarro uno de esos mareos que te obligan a sujetarte de lo primero que encuentras.


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– Mónica...

– Hola Tania — sonríe — ¿Pasa alguna cosa? Te ves un poco alterada

– Si es que... ¿Haz hablado con La Doña?

– No ¿Aún no ha llegado?

– No y es muy extraño, cuando hay juntas se presenta bien temprano para tenerlo todo listo... le he estado llamando pero no contesta

– Eso es muy raro, voy a ir a buscarla a la casa, te prometo que la traigo a tiempo

– Gracias, es que esta junta es muy importante...




Mónica fue de regreso a su oficina para buscar sus llaves, primero llamó a la casa para confirmar que Altagracia continuará allí, Magda se lo había confirmado ni bien preguntó. Sin más salió para allá, su mente reproducía lo mal que se veía el fin de semana cuando almorzaron, estaba pálida y se le notaba el cansancio a leguas, definitivamente iba a llevarla del cabello hasta el hospital.




– Hola Magda ¿Sabes si salió de la cama?

– No me dejo entrar al cuarto, intente hablar con ella pero me parece que no está de muy buen humor

– Bien, voy a ver si consigo sacarla de la cama, no levantes todavía el desayuno que por lo menos haré que tome un jugo

– Está bien pero no creo que logres levantarla.




Subió las escaleras y camino al cuarto, ni bien abrió la puerta pudo verla acostada y tapada de pies a cabeza, se acercó con cuidado tomando asiento a su lado.




– Mamá, vengo a llevarte a la junta

– Creo que no voy a ir...

– ¿Por qué? Te estuviste preparando para esto

Barrotes De AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora