Oh barrotes!
Fríos, tan fríos cómo tus manos cuando soltaron las mías.
Delgados cómo tus lindos labios.
Pero fuertes cómo la espada que clavaste en mi costado, el día que me traicionaste.
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– Conseguí calmarla — baja las escaleras — Se siente culpable por haberte dicho cosas feas, cuando despierte podrás hablar con ella ¿Estás más tranquila?
– Por supuesto que no ¿De verdad crees que puedo estar tranquila?
– Altagracia fue un simple berrinche
– ¿Simple? Duró tres días y ni siquiera tienes la certeza de que se terminó
– Sabes que ella es berrinchuda, está no va a ser la primera vez
– Envíame la foto del periódico
– ¿Para qué?
– ¿Cómo que para qué? ¡Para demandar!
– ¿Ahora vas a empezar a demandar a la prensa por cada nota que saquen de ti?
– ¡Claro! Soy empresaria, mis negocios dependen de la imagen que trasmito, no voy a permitir que un imbécil con cámara arruine todo
– Sólo vas a perder el tiempo
– Bueno es mi tiempo, envíame la foto
– No te la voy a enviar porque cometes un error
– ¿Y? Es mi problema no tuyo, me das la foto y no cae ninguna responsabilidad sobre ti
– ¿Vas a meterte a un litigio ahora? ¿Con tu hija así de vulnerable? Que buena madre
– Conseguiré el maldito periódico entonces — toma su celular — Gracias por tranquilizar a la niña
– No estás pensando con claridad
– Sigue sin ser de tu incumbencia sabes
– ¿Entonces es todo?
– ¿Esperabas un beso?
– Eres impresionante mujer, deje todo para venir a ayudar
– ¿Estabas en una junta?
– No
– ¿Tenías una llamada importante pactada?
– No
– ¿Reunión con ingenieros? ¿Documentos que requerían de tu firma ahora?
– ¿No vas a parar o si?
– ¿Qué estabas haciendo?
– Nada pero...
– Eres el primero en decir que te llame cuando Aliyah está insoportable, pues lo hice, te llamé, eres su papá pero no el mío — se aleja para hablar con su abogado
– Mierda... — se agarra el cabello — Ni bien me descubra Aliyah va quedar huérfana
