¿Seguimos?.

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Al final se tuvo que llevar a Aliyah, prácticamente no la iba dejar salir de la casa sino, tuvo que pedirle a Magda que las alcanzará porque ya no había tiempo de hacer una mochila con lo que Aliyah iba a necesitar para distraerse o unos snacks, c...

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Al final se tuvo que llevar a Aliyah, prácticamente no la iba dejar salir de la casa sino, tuvo que pedirle a Magda que las alcanzará porque ya no había tiempo de hacer una mochila con lo que Aliyah iba a necesitar para distraerse o unos snacks, como tenía reunión ni bien llegando a la constructora trato de hacer que su pequeña entrará en razón, le propuso jugar en su oficina acompañada del tío Matamoros pero no acepto, la terquedad definitivamente la había heredado de ambos padres así como la insistencia, no le quedó de otra más que dejarla venir con ella.

Tuvieron que establecer un par de reglas obviamente, como no hablar fuerte, no le iba a prohibir hablar porque sabía que eso era imposible, la otra es que aunque estaría en la sala de juntas con ella, se iba a distraer un rato con Matamoros en un rincón, ya él tendría que averiguar cómo mantener a la peque entretenida. Ni bien llegaron le pidió a Tania que pusiera dos sillas más pero en un rincón cerca de la mesa donde había café y otras cositas que Aliyah podía comer, una vez instalados los dos ella pudo concentrarse en preparar todo para la junta.

Como siempre dándole una hojeada rápida a todo para checar que esté bien, recibió a los socios así como el encargado de hacer las gráficas y de números, Mónica también asistiría por lo que se sorprendió al ver a su hermanita, tuvo que contenerse para no saludarla exageradamente como solía hacer en la casa, aún así le lanzó un besito sin que los socios se dieran cuenta. La reunión continuo bien, Aliyah se estaba comportando así que ningún adulto se escandalizó con su presencia, hasta que en cierto momento la peque se acercó a la silla de su madre.

Algunos socios la miraron por un par de segundos esperando que Altagracia la apartara o que pidiera que la sacaran de la sala, pero ella le dio la mano y la peque se dispuso a jugar con sus anillos, pulseras y sus dedos; mientras uno de los ingenieros se encargaba de presentar las diapositivas del nuevo edificio que estaban construyendo, Altagracia tuvo que sentar a Aliyah en su regazo cuando ella le reclamo que no podía ver, tuvo que hacer su silla un poco para atrás pues conocía bien a su hija, sabía que comenzaría a tocar todo y no quería que sus manitas llegarán hasta el vaso de vidrio que estaba frente a ella.

Para el final Altagracia tuvo que ponerse de pie para señalar varios puntos importantes sobre los materiales, reforzar algunas cosas de lo que el ingeniero había dicho, como la mano de obra y la seguridad, todo lo tuvo que hacer con su puntero láser y con Aliyah pegada a su pierna, la peque no había mentido cuando dijo que quería estar con ella, para finalizar respondió un par de preguntas, cerró algunas bocas que intentaron lanzar un comentario bien fuera de lugar respecto a la niña y eso fue todo, trato de disimular su cara de pocos amigos hasta que todos se fueran.





– Imbéciles... — murmuró antes de prestarle el puntero a Aliyah

– Mamá — la reprendió Mónica — Sabes que a esta edad son como esponjitas, todo lo absorben y luego lo repiten

– Pero ella debe entender que hay personas...

– ¡No lo digas!

– Personas tontas — se corrigió — Pero muy tontas

Barrotes De AceroWhere stories live. Discover now