Oh barrotes!
Fríos, tan fríos cómo tus manos cuando soltaron las mías.
Delgados cómo tus lindos labios.
Pero fuertes cómo la espada que clavaste en mi costado, el día que me traicionaste.
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– ¿Ahora eres bruja entonces? ¿Andas trayendo malas energías a esta casa? Aquí vive nuestra hija Altagracia
– Luís deja de ser idiota por favor, he sido bruja desde mi adolescencia, sé exactamente lo que debo hacer, no estoy atrayendo nada a la casa sino todo lo contrario
– Esto no me gusta
– ¿Y? Son mis creencias, no vas a meterte con eso, Luís ten algo de respeto, es mi casa y mi vida
– Si afecta a nuestra hija...
– ¿En que le va afectar? No voy obligar a meterse a ningún culto, dejaré que ella decida su camino
– Bien pero la bautizaremos.
– ¿Pero que parte de que ella va a decidir no entendiste? Eso es ya meterla a una religión que ella ni sabe de que trata
– Altagracia a mi me han bautizado, quiero que mi hija también lo esté
– Pues si ella así lo desea de grande, se bautizara
– Ni de chiste
– No, ni de chiste vas a bautizar a mi hija sólo porque a ti se te cantó la regalada gana
– Ahora eres tú quien se mete con mis creencias
– Eso no tiene nada que ver, no quiero que la metas en algo que ella no ha decidido, no voy a iniciarla en nada porque quiero que Aliyah tenga la libertad de pensar y tomar sus propias decisiones
– Puede ser libre y estar bautizada
– No la vamos a bautizar y es mi última palabra
– Lo que quiero también cuenta
– ¿Ah sí? Ahora te quieres hacer al padre digno ¿No? Escucha bien porque no lo voy a repetir, nuestra hija va a ser criada en un ambiente donde se respete lo que ella piensa, lo que escoge usar o la manera en que vea la vida, eso incluye la religión, no voy a dejar que tus pensamientos machistas y retrógrados predominen
– ¿Ni siquiera sabes ser madre y quieres poner condiciones de crianza?
– Quiero darle lo que yo no tuve, lo que necesite, no quiero que ella tenga más de lo mismo y si, no sé ser madre pero estoy aprendiendo y tengo muy en claro lo que me gustaría para ella y todo en lo que tú crees es justo lo que no me agrada
– ¿Entonces así va a ser? ¿Quieres ir a juicio Altagracia? Para que se respeten mis derechos como padre, te llevaré de los cabellos
– Tus derechos como padre no se han incumplido, la ves todos los días, en los horarios que quieres, estás en su vida, lleva tu maldito apellido ¿Seguro que quieres ir a juicio conmigo? Tengo todas las de ganar, así que no vengas a amenazar imbécil porque desde que nos volvimos a ver, tengo unas ganas locas de pegarte un tiro en la entrepierna