Maternidad Nivel Uno.

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Los siguientes días Altagracia se enfoco en leer los documentos de la constructora cuando José Luís se quedaba con la pequeña, no era así todo el tiempo ya que se tentaba por las risitas de Aliyah

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Los siguientes días Altagracia se enfoco en leer los documentos de la constructora cuando José Luís se quedaba con la pequeña, no era así todo el tiempo ya que se tentaba por las risitas de Aliyah. Una vez consiguió leerlo todo decidió que era momento de hacer acto de presencia en la constructora, todavía no se metería de lleno dado que tenía una bebé pero empezaría a supervisar y buscar nuevas oportunidades para levantarla.

No es como si estuviera al borde de la quiebra pero era inaceptable estar por debajo de la constructora de José Luís, decidió que pasaría toda la mañana en su antigua oficina, aunque fue más fácil decirlo que hacerlo, le costó horrores separarse de Aliyah pues ella hacía berrinches cada que la pillaba tratando de irse. Cuando al fin pudo salir de casa recordó que no había desayunado por andar cantándole esa boba canción a la peque, solto un largo suspiro como si esto la ayudara a dejar fuera el agotamiento que sentía.

Al presentarse hizo que todos sus antiguos trabajadores quedarán en un enorme shock, si bien ya era conocimiento del público que no tenía ningún cargo encima, no esperaban su regreso tan pronto. Saludo a Tania y segundos después comenzó a pedirle cosas, en primera un buen café hasta que recordó que estaba amamantando, con el dolor de su alma tuvo que pedirlo descafeinado y luego ordenó que los responsables hasta ahora de la constructora se presentarán en su oficina.

También se dio cuenta de que Mónica trabajaba en la que era la sala de juntas, cruzaron miradas pero no llegaron a nada más pues Altagracia tenía mucho trabajo y poco tiempo. Su mañana se dividió en una larga reunión donde le explicaron quienes eran los socios que quedaron, la forma en que estuvieron haciendo las cosas y los proyectos que estaban desarrollando, después fue sepultada en un montón de papeles que requerían su firma. Eso le llevó toda la mañana, se dispuso a terminarlo pues quería regresar a casa para el horario del almuerzo.





– Por décima vez — contesta al escuchar ligeros toques en su puerta — No necesito nada Tania, te aseguro que voy a llamarte de ser así

– No soy Tania... ¿Puedo pasar?

– Adelante... Mónica tengo el tiempo medido, realmente este no es un buen momento para tocar temas antiguos

– Lo sé por eso quería insistirte con lo de vernos en otro momento... Altagracia en serio hay muchas cosas pendientes entre nosotras

– Siéntate — manda antes de volver la vista a los papeles



Ambas estuvieron en un silencio que habría durado al menos cinco minutos, Mónica estaba pensando en lo siguiente que saldría de su boca cuando Altagracia volvió a tomar la palabra.



– ¿Me van a perseguir hasta que acepte que hablemos no?

– Perseguir es una palabra fea

– Como sea, estaré ocupada los próximos días, vayan esta tarde. Si nos vamos a estar encontrando aquí, lo mejor es tener todo resuelto para evitar malos entendidos

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