Oh barrotes!
Fríos, tan fríos cómo tus manos cuando soltaron las mías.
Delgados cómo tus lindos labios.
Pero fuertes cómo la espada que clavaste en mi costado, el día que me traicionaste.
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Una pensaría que después de unos días de buena distancia las cosas podrían suavizarse pero ese fue un gran error, José Luís actualmente estaba menos sobrecargado de trabajo, incluso pudo darse el tiempo de pensar en lo que quería de ahora en adelante, todavía no podía quitarse la cabeza las palabras de Altagracia. ¿Y si ella realmente lo quería a su lado? La incertidumbre de no saber la respuesta de eso lo estaba matando pero tampoco sabía como acercarsele, seguramente ella estaría dolida por haberla dejado ni bien se quedó dormida y no la culpaba, él también se hubiera enojado.
Le sorprendió bastante recibir una copia de la primera ecografía pero he de admitir que estaba muy agradecido, lamentaba no haberla acompañado porque se perdió ver al bebé por primera vez, ahora que sabía cómo se veía no pudo evitar sonreír, era tan pequeño, algo deforme es verdad pero se pondría más bonito pronto. En fin aunque estaba distanciado de Altagracia continuo visitando o llamando a Aliyah, la niña no tenía porque sufrir con esta distancia, está mañana decidió que le haría una visita a Altagracia, supo por Lucho que ella estaría en la Constructora por la mañana resolviendo un par de cosas.
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Su racha de despertar fresca como lechuga por las mañanas habían terminado, hoy nuevamente tuvo que correr al baño donde pasó por lo menos diez minutos, con una fuerza de voluntad increíble se preparó para ir a la constructora, mientras se colocaba un bonito enterizo/mono negro pudo darse cuenta de que se veía un pelin más diferente, no era "el cambio" pero la hizo sonreír, se sentía un poco perezosa así que decidió no ponerse la peluca soltó el moño que tenía y acomodo las ondas que quedaron por la presión. Antes de irse se despidió de la adormilada Aliyah que esperaba abajo por ella.
Se volvería a dormir seguramente pero al menos honraba la promesa de hace unos días, Matamoros la llevó a la constructora e incluso la acompaño hasta el piso de su oficina, de ahí la dejo resolver los pendientes acumulados que por suerte no eran demasiados, tuvo una reunión informal con el grupo de ingenieros a cargo de los siguiente proyectos y cuando se disponía a regresar a su bonita oficina, tuvo que atender al comandante Contreras, no se paniqueen no venía a llevarla presa. Mientras ella lo conducía a una sala no se dio cuenta de la mirada de pocos amigos que José Luís le estaba lanzando.
No sólo porque el tipo se tomó el atrevimiento de estar muy cerca, sino porque Contreras era su enemigo natural, ha estado metiendo la nariz en sus negocios y eso le hacía hervir la sangre, espero a que nadie este pendiente de su presencia y los siguió a esa sala, pudo escuchar parte de la conversación que se estaba dando, era sobre un nuevo protocolo de seguridad para las empresas grandes como está, al parecer entraban en la temporada de robos y de fraudes, Altagracia prestaba atención hasta que comenzó a sentirse levemente mareada, todavía podía mantenerse en pie pero la palidez comenzaba a ser notoria.
