Paraíso.

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Después de que aquel día terminará, José Luís abandono la propiedad aún sin entender que había pasado con ella, la rutina de Altagracia había cambiado nuevamente los siguientes tres días se la pasó con Aliyah en brazos, dormía con ella por las noc...

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Después de que aquel día terminará, José Luís abandono la propiedad aún sin entender que había pasado con ella, la rutina de Altagracia había cambiado nuevamente los siguientes tres días se la pasó con Aliyah en brazos, dormía con ella por las noches y durante el día se pasaba haciendo algunas actividades con ella. Mónica se comunico todos los días, no había salido de su casa porque estaba cuidando bien de cerca su herida, si se llegaba a infectar sería todo un tema, además no podía hacer movimientos muy bruscos pues eso haría que la costra ya formada se rompa y vuelva a salir sangre, lo que retrasaría su proceso de sanación.

Pero hoy por fin pudo salir de casa, hizo una pequeña llamada para poner a Altagracia sobre aviso de su visita, fue extraño que no le contestará las primeras dos veces pero luego supo la razón, aún estaba en la cama y dormida, algo definitivamente inusual pero comprensible por todo lo que había pasado, Altagracia la invito a desayunar e intento arreglarse pero se sentía demasiado cansada para hacerlo, habrá pasado al menos diez minutos frente al espejo mirándose, como buscando las ganas de cambiarse la pijama pero al no conseguirlo simplemente se puso de pie mientras revisaba un par de cosas en el celular.




– Permiso Doña — habla luego de abrir la puerta — Sé que no le gusta que la molesten pero ya está bien tarde debe levantarse pa... Ya se levantó

– Buenos días Magda ¿Mónica ya llegó?

– Ya, la está esperando en el comedor

– Bueno, bajaré enseguida, sólo debo levantar a está cosa bella — guarda el celular en el bolsillo de su bata




Dio unos cuantos pasos hasta la cama para visualizar a Aliyah dormida en medio de unas almohadas, esbozo una pequeña sonrisa y se acostó a su lado para despertarla con besitos, aquella escena le dio mucha ternura a Magda, luego de escasos tres minutos bajaron para encontrarse con Mónica.




– ¡Wow! Sigues en pijama, jamás creí que podría presenciar algo así

– Ay no exageres, me has visto antes en pijama

– Error, en ropa interior y bata. Fue porque estabas escogiendo que ponerte, en pijama no

– Bueno es que, no tenía ganas de arreglarme realmente

– ¿Estás bien?

– Sólo cansada, siéntate, vamos a desayunar antes de que algo salga mal y la paz momentánea acabe

– ¿Quieres que cargue a Aliyah? No tengo tanta hambre

– La pondré aquí en su silla, ahorita empieza a arrojarnos cosas

– ¡Ay la terremotito se sienta!




Luego de acomodar a Aliyah en medio de ambas pues Mónica dijo que podía vigilarla así Altagracia podría comer por unos minutos tranquila, en lo que la peque comía un buen surtido de frutas Mónica respondía las preguntas de Altagracia sobre su herida.




Barrotes De AceroWhere stories live. Discover now