Oh barrotes!
Fríos, tan fríos cómo tus manos cuando soltaron las mías.
Delgados cómo tus lindos labios.
Pero fuertes cómo la espada que clavaste en mi costado, el día que me traicionaste.
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– Relájate que todo está bien conmigo — le insistió a Matamoros — Escúchame un segundo...
– ¿Bien? ¡Tienes el tobillo roto!
– Pero ya me pusieron el yeso — cambia de lado el celular — Quiero que respires, tomes las llaves de la camioneta y vayas por Aliyah, la quiero en casa ahora
– ¿Qué está pasando?
– Te lo explicaré luego de que estén en casa, mándame un mensaje cuando así sea por favor
– De acuerdo, iré por ella
– Gracias, ahorita hablamos — cuelga para luego marcar otro número — ¿Joel? Voy a necesitar que me rastrees un número...
Después de verificar que el celular del que habían llamado a José Luís, seguía activo, mando a que lo rastrearan todo lo que se pudiera. Mientras pensaría en un buen plan para sacarlo de esta.
– Ni si te ocurra reunirte con él solo Luís, va a matarte antes de que puedas bajar de la camioneta
– Lo sé pero ya deja esto, lo voy a resolver, tú necesitas estar calmada
– Estoy calmada gracias al sedante, eso no quita que me preocupe, podría intentar ir por nuestra hija...
– Lo sé por eso me voy a encargar, ahora que ya lo tienes rastreado podré adelantarme
– Si piensas enfrentarte por favor no escatimes en armas, hasta ponte un chaleco, nada de recibir un balazo, suficiente con mi tobillo roto eh
– De acuerdo, me encargaré de esto después de que estés a salvo en la casa
– Te prestare algunos hombres, te van hacer falta unos buenos tiradores
– No es necesario...
– Si es Luís ¿Te das cuenta de que eres padre de una niña que a penas tiene tres años? Tienes buena relación con Lucho y... y esperamos un bebé, no puedes simplemente atarte la corbata a la cabeza y fingir ser Rambo, hay mucho en juego
– Sé que hay mucho en juego, no me voy hacer el héroe, no quiero morir hoy
– Menos mal... ¿Podrías preguntar cuánto tiempo más debo estar aquí? De verdad quiero irme a casa
– Lo haré pero trata de relajarte, las cosas van a salir bien, lo único que me preocupa son ustedes, voy arreglarlo todo — asegura antes de buscar a un médico
– Sé que el estrés no te hace bien a ti — apoya la mano sobre su vientre — Pero tu papá puede quedar peor que colador hoy... me calmare pero pon de tu parte, sin mareos ni náuseas que no puedo correr al baño
Estuvieron en el hospital al menos una hora, después la ayudó a vestirse, fue un poco difícil con el pie enyesado pero lo consiguieron, Mónica se había retirado mucho antes que ella pero decidió que mañana la iría a ver, ambas necesitaban la tranquilidad de sus casas por ahora; José Luís la sacó del hospital con una silla de ruedas aunque ella quiso las muletas así podría moverse con libertad, por supuesto que no se salió con la suya no le quedó de otra que apegarse al plan aburrido de José Luís. Al llegar a la casa la cargo hasta el sofá donde la dejo sentada y la ayudó a subir la pierna sobre un cojín.
