Traslado.

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Temprano en la mañana, Matamoros se presento a su nuevo trabajo en el área de lavandería del hospital, llegó en una mini Ban negra que estacionó en aquel piso, tenía todo listo allí dentro, un bolso grande con ropa para que se cambiaran, las nueva...

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Temprano en la mañana, Matamoros se presento a su nuevo trabajo en el área de lavandería del hospital, llegó en una mini Ban negra que estacionó en aquel piso, tenía todo listo allí dentro, un bolso grande con ropa para que se cambiaran, las nuevas identidades y el dinero porque iban a necesitarlo en los próximos días, ya en la casa se encontraban sus cosas pues tuvo que abandonar el sitio donde se estaba quedando. Recibió el tour como era de esperarse, aunque él ya se sabía perfectamente donde quedaba todo, le dieron un par de recomendaciones sobre cómo lavar las sábanas y batas, eso fue todo.

Decidió subir al área de atención para verificar que ya se encontrará la enfermera que participaría en todo esto, al verla ya en su puesto siguió caminando hasta dar de cara con el obstetra que atenderia el "parto prematuro" de Altagracia; cuando todo estaba en su posición tuvo que hacer tiempo hasta que el plan comenzará. No iba a esperar demasiado dado que Altagracia no asistiría al desayuno porque ya estaría en enfermería; al despertar las otras dos siguieron con su rutina normal, debían de hacer tiempo. Luego de cepillarse los dientes y lavarse la cara se fueron al comedor, recogieron su desayuno y comenzaron con él.

Mientras tanto Altagracia ya era asistida por un celador que escucho cuando ella pidió ayuda, alego que sentía dolores tremendos y no quedó de otra más que llevarla a la enfermería. Allí quedó en manos del médico que comenzaba a preparar la orden, todavía no la mandaría pero estaba adelantando el papeleo hasta que las otras dos llegarán, unos minutos después aparecieron nuestras dos grandes actrices, Helena había vomitado en el comedor y Laura se retorcía del dolor. Los celadores tuvieron que cargar con ambas hasta la enfermería donde las tres seguían su teatro al pie de la letra hasta que los celadores se retiraron.





– ¿Cuánto más tendré que gritar doc? — indago Laura

– Cuando mande llamar a los celadores para que entreguen las tres ordenes de traslado, tendrás que gritar de nuevo o al menos llorar, así se apuran

– ¿Le pusiste un monitor fetal? — señala a Altagracia

– Supuestamente tiene contracciones, la estoy monitoreando

– Está cosa sólo me incomoda y me da calor — se endereza — ¿Cuánto crees que tarde la ambulancia?

– Nada, tenemos una aquí abajo por si se da algo así — firma las tres órdenes — Vuelvan a su papel — toma la radio — Necesito ya a un funcionario que venga a buscar las ordenes de traslado, las cosas aquí están fuera de mi control





Los siguientes minutos las tres fingieron mucho dolor preocupando al nuevo celador quien corrió hasta la oficina de la directora, escucho los relatos del hombre y no le quedó de otra más que firmar; le regreso los papeles y lo siguiente fue hablar a las personas encargadas de la ambulancia. Pusieron a las tres en unas sillas de ruedas, esposadas obviamente pero eso era lo de menos, realmente se estaban por ir, la ambulancia tenía la capacidad necesaria para trasladar a las tres, la única que iría acostada era Altagracia, entre menos se moviera eso garantizaba que el parto no comenzará.

Barrotes De AceroWhere stories live. Discover now