Posición de Luna.

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Dos semanas habían pasado Altagracia ya sabía el nombre de la persona que ha estado moviendo los hilos desde antes de realizar la fuga, se trataba de un criminal, antes de que ella llegará a Río él se encargaba de pasar enormes cantidades de diner...

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Dos semanas habían pasado Altagracia ya sabía el nombre de la persona que ha estado moviendo los hilos desde antes de realizar la fuga, se trataba de un criminal, antes de que ella llegará a Río él se encargaba de pasar enormes cantidades de dinero en blanco, pero su negocio se vio afectado cuando Altagracia apareció, con todas esas nuevas ideas. Este tipo respondía por el nombre de Alvaro quien coincidentemente ahora se encontraba en México ¿Coincidencia? Por supuesto que no.

Con esta información en manos se agradeció mentalmente por ser tan lista y haber estado un paso adelante como siempre, legalmente no tenía nada en contra de ella para mancharla pero eso no bastaba para que se sintiera segura, sabía que no podría inventarle ningún escándalo así que iría a lo seguro, vendría a matarla, por ahí dicen que muerto el perro se acabó la rabia; no eran para nada buenas noticias por eso fue lo más cuidadosa posible, cada que salía un gran grupo de guardias la acompañaban, otro se quedaba en la casa para evitar que fueran tras Aliyah.

Esto debía bastar por ahora hasta que pudiera dar con el tipo y eliminarlo antes de que fuera por ella, como se la pasó prácticamente en la fortaleza que era su casa a Mónica no le quedó más remedio que trabajar con ella desde allí, la había notado más nerviosa de lo normal, a veces se ponía algo histérica cuando en la casa un ruido fuerte llegaba sin previo aviso, con eso en mente le dijo que debía salir un poco para despejar la mente y divertirse, además Aliyah tampoco había salido, está sería una buena oportunidad para que las tres convivieran de una forma más relajada.





– Sigues muy tensa, relájate, estamos en un lugar publico, hay seguridad por todas partes

– Pero no son mis guardias — empuja la carriola

– ¿No crees que levantarías más sospechas si tuvieras todo un batallón rodeándote?

– Ese es un gran punto pero sigo diciendo que me sentiría más segura con ellos por aquí

– Hagamos algo, si notamos algo extraño, damos media vuelta y volvemos a casa con todos tus guardias pero si no pasa nada fuera de lo común, promete que te vas a soltar aunque sea un poco

– Bien pero a la primera cosa inusual nos vamos

– De acuerdo, ahora vamos a una de tus tiendas favoritas para que te distraigas — la conduce por los hombros




Aquella intervención de Mónica había salido a la perfección, Altagracia consiguió relajarse lo suficiente como para disfrutar un poco el haber salido de casa, además de que compro un montón de cosas. Mónica también lo había echo, ahora entendía lo divertido que podía ser salir de compras con una mamá que tiene un amplio sentido de la moda, luego de las compras fueron por un helado, definitivamente el amor a las cosas dulces venía de Altagracia, algo que ahora compartía con sus hijas.




– Si le ibas a dar helado ¿Por qué no le compraste uno chiquito?

– Porque se iba a ensuciar de arriba abajo y batalle mucho para meterla en eso

Barrotes De AceroDove le storie prendono vita. Scoprilo ora