Oh barrotes!
Fríos, tan fríos cómo tus manos cuando soltaron las mías.
Delgados cómo tus lindos labios.
Pero fuertes cómo la espada que clavaste en mi costado, el día que me traicionaste.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
– No voy a ser falsa y decir que tu visita no me pareció sorpresiva — toma asiento detrás de su escritorio — Pero me genera bastante curiosidad el tema que quieres discutir conmigo
– Bueno ya debe ser de tu conocimiento que estoy al tanto de lo que pasa entre José Luís y tú... no vengo a marcar territorio ni a comenzar una estúpida guerrilla por él
– De acuerdo ¿Entonces que vienes a buscar de mí?
– Encontré unos documentos, ahora que José Luís reconoció a tu hija, por supuesto entra como su heredera, no pienso pelear para que deje de serlo — aclara — Pero como sabrás, un matrimonio tiene muchos beneficios buenos
– Eleonora, no pienso quitarte a tu fuente de ingresos, digo "marido"
– Lo que hagas con él realmente poco me importa, sólo quiero que lo que le toca a mi hijo se quede intacto, las dos somos mujeres grandes, no estamos para perder el tiempo en estupideces
– En eso estoy de acuerdo contigo, no nos conviene un escándalo amoroso ahora, en especial cuando lo único que me vincula a José Luís es mi hija
– Estoy dispuesta a compartir contigo, mientras que mi estilo de vida y el patrimonio de mi hijo no se vean afectados, ha decir verdad, si podrías poner a raya a ese idiota te lo agradecería mucho
– ¿A raya? — suelta una risa leve — ¿De verdad crees que tengo ese poder sobre él?
– Tienes más poder de lo que crees, Altagracia... tú y yo podríamos ser muy buenas socias, ambas queremos guardar las apariencias y cuidar lo que respecta a nuestros hijos
– Déjame ver si entendí... lo que me quieres proponer es un pacto ¿No?
– Si, es eso mismo
– De acuerdo, intentaré que José Luís sea más discreto con sus conquistas para que deje de mancharte, no voy a interferir con tus planes ni con el futuro de tu hijo pero... — se recarga en el escritorio — También quiero algo de ti
– Dime de que se trata y depende de lo que sea podríamos llegar a un acuerdo
– Quiero que mantengas a tu hijo a raya, fue él quien casi logra que la policía me encontrará hace un par de meses... él no puede seguir metiéndose en mis planes ni en el bienestar de mi hija
– Hablaré con Lucho, probablemente fue una reacción más por la traición de su padre hacía mí que a ti
– No me importa producto de que sea, si vamos a tener un acuerdo entre nosotras, no quiero que tu hijo interfiera con mis intereses, ni mis negocios
– Tu petición es justa, prometo que haré todo lo posible para hacerle entender que tú no eres el enemigo, sino una nueva aliada, además de la madre de su media hermana — recoge su bolso antes de ponerse de pie — ¿Cerramos nuestro pacto con un apretón de manos?