Jodidos.

362 57 112
                                    

Después de unos buenos días sin hacer nada decidió que era momento de entregarle a Lucho el informe que había recopilado todo este tiempo, sabía que esto podía salir muy mal pero sería peor esconder esa información, así que lo cito en el horario d...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de unos buenos días sin hacer nada decidió que era momento de entregarle a Lucho el informe que había recopilado todo este tiempo, sabía que esto podía salir muy mal pero sería peor esconder esa información, así que lo cito en el horario del almuerzo, tampoco quería interferir con el tiempo del trabajo así que aquel momento era bueno para hacer algo así; por supuesto que si comieron para él no fue extraño compartir un rato juntos en la mesa pues cuando trabajo para ella, siempre almorzaban juntos en el comedor.


Lo extraño aquí fue que Aliyah no se encontraba ahí, cuando preguntó supo que ella almorzó antes y que ahora Magda estaba arriba batallando con la peque para bañarse, luego del almuerzo pasaron a la sala donde pudo ver una gran carpeta descansar sobre la mesita de café, por su mente paso que le pediría ayuda con eso o que simplemente estaba allí por una razón totalmente diferente; al tomar asiento en el sofá supo que la conversación iba a ser seria por la expresión de Altagracia en su rostro, esto lo ponía un poco nervioso ya que con ella nunca se sabe que esperar.





– Lucho hace unos meses tuve una conversación con tu mamá que me dejó muchas incógnitas en la cabeza...

– ¿Por qué? ¿De qué hablaron?

– De ti, fue por menos de tres minutos pero pude notar que algo no estaba bien

– Creo que ya sé por donde va — junta las manos entre sí — Altagracia estoy medicado, voy regularmente con mi siquiatra... no lastimo a nadie, no soy una amenaza para Aliyah... jamás le haría daño

– Lucho, yo sé que jamás le harías algo pero que te estés medicando es lo que me preocupa — suelta un largo suspiro antes de tomar la tarjeta — Creo que tu diagnóstico pudo no ser verdadero y si lo era, pues no pienso que lo tratarán precisamente como debería haber sido

– ¿De qué hablas?

– Sé que probablemente no debí meter mis manos en un tema que no me concierne — le entrega la carpeta — Pero no pude dejarlo así, en esta carpeta vas a encontrar testimonios de personas que estuvieron cerca tuyo y de tus padres en esa época, conseguí el de tu antiguo terapeuta también y bueno, otro par de cosas que deberías saber

– ¿Por qué hiciste todo esto?

– ¿Crees justo que te mediquen a diestra y siniestra sin un motivo? Yo no, voy a entender si esto te enoja pero a mi parecer, necesitas toda la verdad en tus manos, esa carpeta sólo es el inicio, depende de ti descubrir todo lo demás porque no creo que se terminará con tus medicamentos

– ¿Me estás diciendo que mis papás armaron todo esto?

– No sé cuan manchado esté tu padre pero definitivamente tuvo algo que ver, no puedo darte toda la historia porque no me la sé

Barrotes De AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora