🐱🐱😛

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Vacuna. Hansol pensaba que era una vaca muy grande que asusta a los niños, porque puede ver a los demás niños llorar y gritar mientras salen de la puerta, incluso algunos patalean antes de entrar y él no puede entender porque una vaca muy grande aterra a tontos niños. A Hansol no le dan miedo las vacas grandes, ni las pequeñas, de hecho, cuando fue con sus padres a una granja tocó a una vaca y le dio de beber a una vaca bebé que se llamaba becerro, nombre raro para una vaquita bebé. Así que Hansol está bien con las vacas y las vacuna.

Hasta que se entera de lo que en realidad es.

Son vacas pequeñitas que se meten debajo de su piel, son vaquitas malas pero muertas y su cuerpo se tiene que encargar de examinarlas para saber como atacar a las otras vaquitas vivas y malas que si le harán daño si llegan a entrar. Pero la nave espacial de las vaquitas buenas es... muy puntiaguda.

—¿No me puedo comer a las vaquitas buenas? No quiero que me piquen.

Le dice a su papá Jun mientras que este lo deja en la silla mientras que las vaquitas abordan la nave. Jun apenas le sonríe acariciándole la cabeza y arrodillándose frente a él para sacudirle un poco.

—Si te las comes irán a tu estómago, y desde allí no podrán hacer su trabajo.— Se queja Jun dándole un beso en la frente. —Solo sentirás un pinchazo, duele más cuando Mayonesa rasguña.

Hansol asiente mirando la nave espacial. O cuerpal. Lo que sea que se llame. Es puntiaguda y si da un poco de miedo. Se encoge poquito.

—Solo sentirás un pinchazo, y si te portas bien te daremos una paleta.— Dice la mujer mientras se acerca.

Bien, las vacas sin dan miedo. Toma el brazo de su papá y se oculta, oculta su rostro y se hace chiquito mientras que intentan sobornarlo con una paleta. Confía en que su cuerpo sabrá defenderse de las vacas malas cuando lleguen, no necesita una vacuna, no necesita ser pinchado y si se siente como un rasguño de Mayonesa entonces irá a que Mayonesa le ponga la vacuna.

—Papi, no quiero.— Le dice ocultándose más.

Su papá lo abraza con cariño y le cubre el rostro, no sabe lo que está murmurando porque no lo escucha bien pero sabe que está diciendo algo, es como la voz extraña en las tiendas comerciales. No entiende nada.

—Hansollie, ya está. Terminamos.— Le dice su papá alzándolo en brazos y Hansol mira con curiosidad su brazo con un pequeño algodón. —¿quieres tu paleta?

Hansol mira con sospecha.

—Papá, creo que las vaquitas pasaron ilegalmente ¡No hicieron chequeo! ¡¿Cómo voy a saber yo que no traen nada malo si no las sentí!? ¡Se me escaparon!

Jun comienza a reír dándole su paleta. Espera que las vaquitas hagan bien su trabajo.


Adorable, lindo y tierno. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora