C U A T R O

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Abigail

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Abigail.

— ¿Cómo te sientes? –Pregunté con la atención puesta en mi hermana, quien, tras unas largas horas, finalmente se ponía de pie. –

— Bien, o al menos eso creo. –Respondió mientras soltaba su cabello de la coleta que llevaba. – en lo único que puedo pensar ahora es en comer algo delicioso, mi estómago lo pide a gritos.

— Recuerda cuidar tu alimentación. – Pidió el doctor Bang, anotando algo en la pequeña libreta que tenía en una de sus manos. – pero supongo que algo después de tu primera sesión no hará mal. –Dijo y guiñó un ojo, lo que hizo que Anne sonriera. –

— ¿Nada de café? –Pregunté una vez más, guardando el móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón para enfocarme en cada una de las nuevas restricciones. – porque Anne es un poco adicta a la cafeína, aunque está en la etapa de negación aún.

— Nada de café. –Confirmó él con un asentimiento de cabeza y una pequeña sonrisa en sus labios. – también debes evitar las comidas muy condimentadas, grasas y todo aquello. –Recordó. – y recuerda que ante cualquier malestar puedes tomar una de esas pastillas, o también ponerte en contacto conmigo. –Dijo y observé la caja de medicamentos que estaba en la mano de mi hermana. –

— ¿Cómo sabré si mi cabello se caerá? –Preguntó la castaña con una mueca apoderándose de su rostro, lo que hizo que mi mano fuera hasta su hombro para brindarle un apretón. –

— No lo notarás de inmediato, solo caerá. –Murmuró el doctor. – pero debemos pensar positivo, todos los cuerpos tienen diferentes reacciones a la quimio, no te desanimes al respecto, Anne.

— No lo hará. –Musité con seguridad. – además, es solo cabello, volverá a crecer. –Dije y mi melliza soltó un suspiro, aceptando su nueva realidad. –

— Bien, iré al baño y luego podemos irnos. –Indicó y asentí, alejando mi mano de su hombro para que fuera libremente a hacer sus necesidades, pues había pasado más de tres horas sentada en aquel sofá con una aguja en su brazo. –

— Debes mantener un ojo en ella. –Escuché que dijo el hombre frente a ti, por lo que lo miré una vez más. – siento que tu hermana no demuestra todo lo que le afecta esto y que podría colapsar en algún momento.

— Lo sé. –Admití con un nudo en mi garganta. – pero también la conozco más de lo que me conozco a mí misma, así que mantendré un ojo en ella. –Aseguré mientras cruzaba los brazos contra mi pecho, agotada. – solo, no sé cómo ayudarla.

— No hay nada que puedas hacer por ella en estos momentos. –Susurró el rubio y guardó la libreta dentro del bolsillo de su bata. – pero siempre puedes enfocarte en hacer sus días más alegres y evitar las recaídas de ánimo.

— Me aseguraré de ello. –Prometí con una sonrisa en mis labios, agradeciendo la preocupación que presentaba por Anne. –

— Puedes llamarme Garrent. –Dijo él con timidez y un leve sonrojo se apoderó de sus mejillas, lo que me hizo carcajear dulcemente. –

When I fallWhere stories live. Discover now