T R E I N T A Y N U E V E

143 20 0
                                    

Abigail

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Abigail.

La semana estaba recién iniciando y no podía pensar en una mejor manera de hacerlo que con Anne, en una farmacia cercana a la universidad para comprar todo lo que Garrent había recomendado. 

— ¿Crees que alcanzaré a comer algo antes de ir a clases? –Preguntó ella con sus ojos fijos en el reloj de su muñeca, el cual era similar al mío. –

— Puedo comprar algo para ti y llevarte en el coche. –Dije y dejé una barra de proteína para que la pagara por mí, sonriéndole angelicalmente. – incluso te compraré un snack para media tarde.

— Que graciosa. –Susurró y rodó sus ojos con diversión, entregándole su tarjeta de crédito al señor que la estaba atendiendo. – espero estas pastillas realmente funcionen, detesto sentir que debo correr al baño apenas abro mis ojos.

— Yo también lo espero. –Musité y me acerqué un poco más a ella para dejar mi mano en su cintura. – porque cada vez te veo un poco más delgada y me preocupa, An.

— Me alimentaré mejor, lo prometo. –Sonrió mi melliza y asentí con mi cabeza, implorándole con la mirada. – incluso estaba pensando en ir al supermercado más tarde para comprar frutas.

— Creo que podría llorar de felicidad. –Bromeé y la abracé con fuerza, percibiendo su dulce aroma floral. - ¿Qué dices de dormir juntas esta noche? –Pregunté con voz melosa. – escuché que se acerca una tormenta.

— ¿Sigues temiéndole a las tormentas? –Preguntó ella con sorpresa y negué, teniendo mi cabeza apoyada en su hombro. – bueno, incluso si no tienes miedo, puedes venir a dormir conmigo.

— Bien, estaré allí. –Aseguré con una sonrisa adornando mis labios, pues adoraba las noches en las que podía dormir con ella y sentir que sus brazos me mantenían abrigada. –

Anne recibió la bolsa que le entregaban y luego de agradecer fuimos rápidamente hasta el coche, pues las gotas comenzaban a caer y debíamos refugiarnos si no queríamos llegar empapadas a nuestras clases. Introduje la llave y comencé a conducir por las calles de la ciudad, buscando en el móvil la dirección del lugar en donde sabía que vendían deliciosa comida italiana para llevar y que así mi hermana pudiera comer en algún momento libre que tuviera.

— ¡Compra agua para mí también! –Gritó ella cuando me vio salir del coche, dispuesta a correr hasta el restaurante en donde compraría algo de comida. –

Levanté el dedo de en medio y forcé una sonrisa, produciendo que Anne soltara una carcajada que no pude escuchar por la lejanía. Acomodé el gorro de mi capucha para no mojar mi cabello e ingresé al lugar, sintiendo como pronto fui envuelta por la calefacción y el delicioso aroma a pastas.

Me acerqué hasta el mostrador y pedí dos especialidades del día, una ensalada y dos botellas de agua para llevar, además de unas galletas rellenas con nutella para que mi hermana no se quejara por el resto del día de la comida saludable que la obligaría a comer. Me despedí cuando quince minutos más tarde me entregaron la comida y me devolví por el mismo camino, corriendo hacia el coche para ingresar al asiento del piloto y lanzar sobre las piernas de Anne la comida.

When I fallWhere stories live. Discover now