"La vita é bella"
No, la vida no era bella.
O al menos eso era lo que pensaba Abigail cada vez que se ponía a reflexionar sobre su existencia.
Era difícil mantener una vida perfecta a los dieciocho años, pero lo era más para la pelirroja, incluso...
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Abigail.
Iba con la ensalada que me había comprado en una mano y un té helado de limón en la otra, buscando una mesa vacía junto a Jay hasta que vimos a Anne, Nicholas y Rebecca, siendo un mal tercio, disfrutando de la hora libre del almuerzo.
— Hola a ti, cupido. –Saludé de forma burlona a la rubia, quien llevaba un poco de pollo a su boca con expresión aburrida. - ¿No había un lugar más divertido en donde estar?
— Esta todo jodidamente lleno en la cafetería. –Bufó ella y aproveché la instancia para saludar a la pareja, quienes estaban un poco sonrojados. – y quería tomar un poco de aire, además, estoy acostumbrada a ser el mal tercio últimamente.
— Ay, nena. –Dijo Jay y soltó una carcajada, sentándose a su lado para rodear sus hombros con cariño. – por eso hemos llegado a rescatarte, como todos unos superhéroes.
Destapé mi ensalada y comencé a comerla de inmediato, pues mi estómago no ingería nada desde esta mañana y ya eran casi las tres de la tarde. El día estaba siendo igual de pesado que todos los días de la semana, repleto de clases y entregas que se acercaban cada vez más, sin embargo, siempre había tiempo suficiente como para compartir una comida con mis amigos y respirar un poco de aire fresco.
— He visto ese top sin espalda antes. –Musitó mi hermana y entrecerró sus ojos, mirándome. - ¿Te escabulliste en mi habitación esta mañana para robarlo?
— No lo sé, puede ser. –Susurré en respuesta y llevé un poco de lechuga a mi boca. – tú lo haces todo el tiempo, así que no creo que importe. –Me encogí de hombros. –
— ¿Era así cuando estaban en la escuela también? –Preguntó Nicholas entre risas, bebiendo un poco de la bebida en lata que tenía al lado de su plato de pasta. –
— Siempre. –Dijo Anne y no hice más que sonreír. – había mañanas en donde no encontraba mi blazer del uniforme y era porque el de ella estaba sucio o lo había perdido. –Bufó. – y obviamente no se puede ganar una pelea contra Abby.
Alcé mis brazos como si estuviera sosteniendo un trofeo y su novio río con fuerza.
— También había muchas veces en donde Abby olvidaba la ropa de deporte y simplemente iba al casillero de Anne a sacarle la suya. –Admitió Rebecca y solté una carcajada al recordar aquellas veces. –
— No compartimos clase los últimos dos años. –Le explicó Anne a su novio, quien lucía un poco confundido. – entonces nuestros horarios no eran los mismos, pero si los almuerzos y los descansos.
— Además tomábamos algunos talleres juntas. –Dije mientras comía. – pero fue petición de nuestros padres que no compartiéramos las mismas clases, fue todo un lío.
— Y por suerte del destino yo quede con Abby y Jane con Anne. –Musitó Becca y asentí con la cabeza. – de todos modos, siempre estábamos juntas cuando no estábamos en clases.