V E I N T I C U A T R O

160 24 2
                                    

Abigail

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Abigail.

Los días pasaban rápidamente, había llegado a mi habitación hace cinco minutos tras mi última clase del día y me había encontrado con la maravillosa sorpresa de que Nathaniel estaba esperando por mí, lo que me alegró por completo.

— ¿Qué dices de una cita? –Preguntó él, acostado a mi lado mientras nuestros cuerpos se entrelazaban para descansar un poco. – creo que hoy tengo un buen aspecto como para que otros me vean. –Bromeó. –

Él siempre lucía bien para mí.

— ¿Una cita? –Murmuré y me incorporé en una posición sentada, logrando que él también lo hiciera. - ¿Una cita real? ¿Solos tú y yo?

— ¿Quieres que traiga a Haniel? –Soltó con una ceja alzada, al mismo tiempo en que carcajeaba con diversión. – porque te aseguro que llegará en cinco minutos.

— Ah, Haniel, siento que pronto será como un hermano para mí. –Susurré con ojos soñadores y Nathaniel pellizcó mi costado, haciéndome reír. – pero responde mi pregunta, ¿realmente podemos tener una cita?

— Bueno, podemos llamarle cita o salida a comer por allí. –Dijo el pelinegro con un encogimiento de hombros. – solo quiero caminar a tu lado como un chico normal, llevarte a comer y luego traerte a casa.

Eso sonaba emocionante.

— Entonces sí, vamos a una cita. Respondí con emoción mientras alejaba mis manos de su espalda para ponerme de pie e ir directamente hasta el armario. - ¿Qué debería ponerme? ¿Te gustaría un vestido y tacones o algo más casual?

— Es tu decisión. –Comentó Nathaniel y acomodó sus brazos bajo su cabeza, flexionando sus músculos. – te verás maravillosa de todas formas.

Ay virgen santísima, que alguien me detuviera ahora mismo o me lanzaría a sus brazos.

Abrí las puertas del armario y busqué con rapidez una falda mitad blanca y mitad negra que tenía, saqué también un top blanco que podía meter dentro de ésta y una camisa del mismo color que podía utilizar encima, en conjunto con unos lindos botines de tacón negros, los cuales hacían que mis piernas lucieran un poco más largas.

Con el ángel debía aprovechar cada oportunidad que tenía para ganar unos centímetros, pues él era bastante alto.

— ¿Cabello suelto o recogido? –Pregunté con la mirada fija en Nathaniel, quien observaba cada uno de mis movimientos. – 

Iba a escuchar su respuesta, sin embargo, la puerta de mi habitación se abrió sin previo aviso y una Anne sonriente entró al lugar cantando una canción que desconocía, hasta que notó que había un cierto pelinegro recostado en mi cama.

— Oh, mierda, lo siento. –Se disculpó mi hermana rápidamente. - ¿Llegue en un mal momento? ¿interrumpo algo?

La miré con extrañeza.

When I fallWhere stories live. Discover now