"La vita é bella"
No, la vida no era bella.
O al menos eso era lo que pensaba Abigail cada vez que se ponía a reflexionar sobre su existencia.
Era difícil mantener una vida perfecta a los dieciocho años, pero lo era más para la pelirroja, incluso...
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Abigail.
El gimnasio en el que nos presentaríamos estaba repleto y sentía que en cualquier momento comenzaría a hiperventilar.
Por lo que, por primera vez, agradecí la presencia de Finn.
— Entonces Jacob enloqueció y bebió todo el barril él solo. –Comentó él entre risas, como si fuera lo más divertido que hubiera visto en su vida. – la fiesta estuvo muy guay, fue una lástima que no estuvieras ahí.
— Tenía una entrega al día siguiente. –Dije a modo de excusa, notando como el chico asentía con su cabeza. - ¿Esta noche habrá una fiesta? –Pregunté, pues habían ganado el juego. –
— Supongo que sí. –Musitó con duda y llevó una mano hasta su cabello, revolviéndolo. - ¿Por qué? ¿Irías si hubiera una? –Quiso saber mientras su sonrisa resplandecía. –
— Estoy aquí, claro que iría. –Respondí con un encogimiento de hombros, caminando a paso decidido hacia los vestidores que nos habían designado para esperar. – aunque todo depende de cómo nos va en la competencia.
— Ganarán. –Afirmó Finn como si no pudiera estar más seguro al respecto. – he visto lo duro que entrenan, siempre están ahí con nosotros, así que sé de lo que hablo.
— Espero que el universo te escuche. –Dije y solté un suspiro, sintiendo como mis piernas temblaban con cada paso que daba. – no sé por qué estoy tan nerviosa, en la escuela teníamos un montón de competencias durante el semestre.
— Tal vez porque ahora la exigencia es mucha más. –Comentó con una suave risa escapando de sus labios. – sabes que aquí no todos vienen por la experiencia, muchos vienen a ganar, y no se irán felices si no van con el trofeo en sus manos.
— Y yo soy una de esas. –Aseguré con una pequeña sonrisa. – debo irme con el trofeo o lloraré, solo para que lo sepas.
— Entonces espero que llores con una cerveza en la mano, porque haré todo lo posible para organizar una fiesta sin que el entrenador corte mi cabeza. –Bromeó y no hice más que sonreír. –
— Bien, esperaré la invitación. –Musité y Finn sonrió aún más, conforme. – ahora debo entrar allí o Lily me matará a mí. –Dije, apuntando la puerta detrás de mí. –
— Animaré por ti allá afuera. –Dijo y se despidió con un leve movimiento de su mano, para luego girar sobre sus pies y correr hacia el lugar en donde estaba el resto del equipo de jugadores. –
Porque sí, claramente se habían asegurado de venir para apoyarnos en la competencia.
Se podía decir que eran bastante agradables, la mayoría de ellos.
Ajusté el bolso en mi hombro y solté un suspiro, intentando alejar la ansiedad que consumía mi cuerpo. Caminé los pasos que me separaban de la puerta y la abrí, dejando que el ruido de las chicas llenara mis oídos.