C U A R E N T A Y D O S

126 19 0
                                    

Abigail

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

Abigail.

Los días parecían ser cada vez más largos para mí.

Mi rutina era ir a las clases de la mañana, enviar correos disculpándome por faltar a las de la tarde y explicarle la situación a Lily cada día, para así poder justificar mis faltas al entrenamiento de porristas. Mis días consistían en pasar la tarde en el sofá junto a la cama de Anne, quien ahora cambiaba la televisión con la mascarilla de oxígeno presionando sus delgadas mejillas.

El móvil en mi mano vibró y desvíe la mirada, leyendo como mi padre enviaba su ubicación en tiempo real para que pudiera estar atenta al viaje que estaban emprendiendo para llegar al hospital. 

— Mamá y papá vienen en camino. –Avisé con una pequeña sonrisa formándose en mis labios. – me enviaron su ubicación, y antes de que caiga la noche estarán aquí.

— Me alegra. –Expresó ella como podía, pues por la máscara de oxígeno era un poco difícil comprender que quería decir realmente. - ¿Puedes traerme un espejo? –Preguntó unos segundos más tarde. –

— ¿Un espejo? –Repetí con duda y me puse de pie para ir hasta mi bolso, en donde de seguro tenía mi maquillaje con un pequeño espejo de bolsillo. - ¿Es que tendrás alguna visita especial? –Sonreí. –

— Nicholas dijo que vendría. –Comentó mi melliza mientras bajaba un poco el aparato que le proporcionaba oxígeno cuando dejé el espejo sobre sus piernas. – y no quiero lucir como una maldita momia para él.

— Estás preciosa. –Dije y me acerqué un poco más a ella para acariciar sus mejillas con cariño, dibujando con mi dedo índice las marcas que allí habían. – incluso si tuvieras unas ojeras kilométricas lucirías hermosa y Nicholas pensaría lo mismo.

— Eso lo dices porque eres mi hermana. –Rodó sus ojos con gracia y procedió a aplicar un poco de polvos en su rostro. – pero, siendo honesta, ni yo misma puedo mirarme más de cinco segundos, estoy horrible. –Carcajeó. –

— Anne, nadie tiene un sueño reparador estando aquí. –Murmuré y caminé la distancia que me separaba del cómodo sofá para sentarme en éste nuevamente. – puedo decir que yo, sin tener ningún aparato en mi cuerpo, me siento fatal con el solo hecho de estar aquí. –Bromeé. –

— Creo que le falta un poco de color a esta habitación. –Comentó mi hermana con la mirada perdida en observar cada detalle del lugar. – ver tanto blanco me está enfermando, no sé qué manía tienen con hacer todos los lugares iguales. –Bufó y continuó aplicando rubor en sus mejillas. –

— Supongo que piensan que las paredes blancas atraerán más luz y eso los hará sentir mejor. –Dije y rodeé mi cuerpo con mis brazos, protegiéndome del frío que comenzaba a aumentar con el pasar de las horas. – pero creo que enloquecerás cuando pases tu primera tormenta aquí.

— Es como una jodida película de terror. –Respondió entre risas y la imité, adorando el sonido. - ¿Cuánto tiempo crees que estaré aquí? –Dijo sin mirarme, concentrada en los detalles del espejo. –

When I fallDove le storie prendono vita. Scoprilo ora