"La vita é bella"
No, la vida no era bella.
O al menos eso era lo que pensaba Abigail cada vez que se ponía a reflexionar sobre su existencia.
Era difícil mantener una vida perfecta a los dieciocho años, pero lo era más para la pelirroja, incluso...
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Abigail.
Un mes había pasado desde la muerte de mi hermana y no podía decir que me sentía mejor, pero sí más viva. Respirar costaba un poco menos, mi corazón latía a pesar del dolor y las sonrisas comenzaban a ser más genuinas, lo que significaba que iba por buen camino.
Sin embargo, cada mañana la recordaba y le pedía que fuera un buen día.
Es por eso que ahora me encontraba mirándome en el espejo, dando mi máximo esfuerzo para delinear bien mis labios con aquel labial nude y así lucir bien en la presentación que tenía en menos de diez minutos. Mi maquillaje era sencillo y elegante, no tenía mucho brillo, pero lo importante era que mi actitud brillara. Por otro lado, mi atuendo consistía en un pantalón blanco de tela que caía holgado por mis piernas, con un buen ajuste en la cintura, y lo había combinado con un top beige de tirantes anchos, botines de tacón y un blazer, ambos del mismo color del pantalón.
Hoy era la última evaluación del semestre, por lo que mis manos temblaban a causa de los nervios y mis labios estaban entreabiertos por mi respiración errática, lo que dificultaba que el labial quedara perfecto, no obstante, me las arreglé bastante bien para que se viera decente.
― ¡Abby, cinco minutos! –Dijo la voz de Jay mientras tocaba la puerta del baño para que me apresurara. – acabo de ver como entra el maestro. –Avisó. –
Presioné mis labios para esparcir el labial y acomodé mi cabello en una coleta, para luego soltar un suspiro, mover mis brazos para botar el nerviosismo y finalmente salir de allí, encontrándome de frente con quien se había convertido en mi mejor amigo en la universidad.
― Bueno, si tuviéramos una nota por el outfit, diría que tienes un diez. –Guiñó uno de sus ojos y no hice más que sonreír, entrelazando mi brazo con el suyo para caminar juntos hacia el auditorio. –
― ¿Te sabes tu parte? –Pregunté y él asintió con su cabeza, confiado. – siento que vomitaré en cualquier momento, pero también estoy bastante segura de que lo haremos bien. –Dije. - ¿No es eso raro?
― Me siento igual que tú. –Carcajeó Jay y abrió la puerta para mí. – pero debemos darlo todo, es lo último y luego comienzan nuestras vacaciones. –Medio chilló mientras sus manos se apoderaban de mis hombros para moverme a su antojo. –
― ¿Tienes planeada alguna salida con tu chico hoy? –Murmuré y lo guie hacia los primeros asientos del lugar, así podíamos ver todo a la perfección y estar cerca de donde presentaríamos. –
― No, pero tendremos una escapada este fin de semana. –Informó y una sonrisa apareció en sus labios. – además, conoceré a sus padres estas vacaciones.
― ¿A sus padres? –Grité y el rubio cubrió mi boca de inmediato, sorprendiéndose por lo alto que había sonado mi voz. – dios mío, Jay, esto es serio. –Susurré y observé el sonrojo en su rostro. - ¿Estás seguro de querer llegar tan lejos con él?
