"La vita é bella"
No, la vida no era bella.
O al menos eso era lo que pensaba Abigail cada vez que se ponía a reflexionar sobre su existencia.
Era difícil mantener una vida perfecta a los dieciocho años, pero lo era más para la pelirroja, incluso...
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Abigail.
El edifico frente a nosotras nos saludaba como si de una burla se tratase, pero de todos modos intenté poner una sonrisa en mis labios y sostener la mano de Anne para ingresar al hospital luego del breve descanso que tuvo.
Hoy veníamos a ver algunos resultados y esperar a que todo estuviera saliendo de lujo, pero siempre estaba la espina clavada en el corazón de que únicamente escucháramos malas noticias.
— ¿Quieren que compre un café para ustedes? –Preguntó Nicholas mientras sostenía la otra mano de mi hermana, quien le sonreía como si fuera la persona más hermosa de pie en este mundo. –
— Yo estoy bien. –Respondió ella y asentí, sintiéndome del mismo modo. – luego podemos ir a comer algo antes de volver a la universidad, ¿qué les parece?
— Seré feliz siendo la tercera rueda si puedo comer algo dulce saliendo de aquí. –Dije con un ligero encogimiento de hombros. – pero primero quiero saber cómo está todo.
— También yo. –Susurró mi melliza y apretó suavemente mi mano, comenzando a caminar hacia donde estaba el elevador para ir directo hasta el piso en el que el doctor Bang tenía su oficina. –
El camino hasta la sala fue silencioso, todos temerosos por lo que escucharíamos, sin embargo, la música alegre que siempre sonaba y el montón de enfermeras que intentaba alegrar a un nuevo grupo de niños que llegaba fue suficiente para hacerme sonreír, sabiendo que había personas que estaban sufriendo mucho más que yo en este instante.
— ¿Recuerdas cuando acompañábamos al abuelo e hicimos un concierto para él una vez? –Preguntó Anne con una gran sonrisa adornando su rostro, al mismo tiempo en que sus ojos seguían con prisa el baile de las enfermeras. –
— Claro que sí, hice el ridículo como nunca. –Dije con gracia y solté una suave risa. – pero el abuelo y sus amigos lo disfrutaron, así que eso fue suficiente para mí.
— Mamá quería matarnos cuando descubrió que estropeamos todo su maquillaje. –Recordó ella con una carcajada escapando de sus labios. –
— Y también papá cuando vio sus camisas recortadas por hacer el estilo zombie que tanto deseábamos. –Sentí que mis mejillas dolían por tanto sonreír. – creo que nunca había visto al abuelo reír tanto como ese día.
— Él y todo el hospital. –Murmuró Anne y asentí con mi cabeza, estando de acuerdo. - ¿Qué opinas de hacer algo así para mí cuando comience la nueva ronda de quimio? –Preguntó y pestañeó de forma angelical. –
— Estás loca. –Respondí de inmediato. – ya ocupé todas mis ideas, no podría hacerlo aquí. –Dije y mis ojos viajaron hasta el chico a su lado, quien sonreía escuchándonos hablar. – aunque podría pensarlo si Nicholas se une.
— ¿Yo? –Preguntó y una de sus manos fue hasta su pecho. - ¿Bailar en público? –Carcajeó, negando con su cabeza. – ni en mis peores pesadillas.
