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— Súeltame, te prometo que ni siquiera lo toqué — explicaba Hongjoong mientras Wooyoung era quien lo sostenía fuertemente de sus brazos por la espalda, doblándoselos cada vez más. San se había encargado de Yunho y Changbin de Seonghwa. 

Taehyung los observaba cruzado de brazos. 

— No suenas muy convincente, mi querido amigo, pero voy a ser bueno contigo para que veas que sí soy piadoso — hablaba el castaño con tranquilidad. — Esta vez no los vamos a golpear pero vas a tener que hacer algo primero. Quiero que mires al niño a los ojos — señaló a Jimin, —  y le pidas disculpas por lo que le dijiste. 

— Pero no le dije nada malo, solo bromeábamos entre amigos, lo juro — suplicó el pelirrojo. 

— Sí, es cierto, solo nos molestábamos entre nosotros amistosamente — Yunho confirmó las palabras de su amigo. En respuesta Changbin le dio un puñetazo en el estómago que lo hizo doblar del dolor y caer arrodillado al piso. 

— Tú cállate que a ti nadie te preguntó — le amenazó el chico, que si bien era de más baja estatura que el matón que acababa de golpear, tenía una mirada que intimidaba a cualquiera. A Jimin le asustaba de solo verlo. 

— Binnie, ¿qué haces? Acabo de decir que no les íbamos a pegar — protestó Taehyung. 

— Perdón, la costumbre — se disculpó su amigo.

— Como sea, si no quieres que eso te pase, vas a disculparte con mi compañerito aquí presente — volvió a insistir Taehyung. Tomó el rostro de Hongjoong con firmeza y le dobló la cara hacia el chico nuevo que seguía allí petrificado mirando todo el asunto. Jimin creyó que realmente le había quebrado el cuello a ese chico por la forma en que lo movió. — Lo miras a los ojos y le dices lo siento, como te enseñé. 

— Lo siento, lo siento — se disculpó entonces el matón sin más vueltas. Jimin no lo podía creer.

— Ahora le dices algo bonito — continuó Taehyung. 

— ¿Qué?

— Que le digas algo bonito al chico. ¿Estás sordo? 

— Debe haber quedado medio sordo de la última paliza — rió Wooyoung. Taehyung también se divirtió con el chiste de su amigo pero enseguida retomó su seriedad. Le dirigió a Hongjoong la mirada que indicaba que si no hacía lo que le pedía iba a terminar mal, muy mal. 

— Uh, Jimin…tienes…uh, un lindo uniforme — se le ocurrió decirle entonces. 

— Puedes hacerlo mejor que eso. Dile algo sobre él, no sobre su ropa — lo regañó el castaño. Wooyoung dobló un poco más sus brazos y el chico gritó de dolor. 

— Está bien, está bien, eres bonito, eres bonito. Eres el más bonito de toda la escuela — le dijo desesperado a Jimin mirándolo a los ojos. 

Éste no sabía qué hacer, qué decir o dónde meterse. Nunca había vivido una situación así donde alguien obligara con violencia a sus acosadores a disculparse y decirle algo lindo.   

— Así está mejor — sonrió Taehyung satisfecho con lo que acababa de escuchar. Luego posó su mirada en Jimin y éste se paralizó. Aunque el castaño estaba defendiéndolo no podía evitar temerle también, su actitud realmente era como sus compañeros lo habían puesto en el almuerzo: mafiosa. — Te acaba de hacer un cumplido, niño, ¿qué se dice? Responde. 

— Uh, yo…¿gracias? — respondió como pudo y muy nervioso. 

— Muy bien. Ya se pueden ir — le indicó a sus amigos para que suelten a los acosadores. Apenas lo hicieron los tres chicos salieron corriendo del baño. — Malditos, cobardes…

Almas Gemelas - KookminWo Geschichten leben. Entdecke jetzt