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Lunes. Último examen del día. Jimin se estaba quemando las pestañas intentando resolver esos ejercicios de matemáticas. Intentaba recordar las prácticas con Eunwoo pero ahora su mente parecía ponerse en blanco. 

Sentía que debería haber estudiado más pero bueno, las circunstancias no lo habían dejado. Tenía que resolver ese exámen con los conocimientos que tenía. 

Miró a su compañero de al lado. Hoseok le estaba haciendo una disimulada señal con la mano para que le pasara una respuesta y eso lo puso más nervioso de lo que estaba.

Jimin quería ayudarlo pero sabía que copiarse era peligroso. Podrían suspenderlos y hasta echarlos si los atrapaban. Le dijo que no con la cabeza, le señaló la hoja para que se concentrara en el exámen y dejara de hacer tonterías, pero Hoseok no le entendía. Comunicarse a través de miradas y señales era complicado.

De repente una bolita de papel apareció volando desde el fondo y cayó entre los pies de Hoseok y Jimin.

— Necesito esas respuestas, bruto. Pásalas — susurró Yoongi. Le hablaba a Hoseok obviamente.

Jimin sintió miedo. Yoongi estaba yendo demasiado lejos al utilizar notitas. No quería que atraparan a Hoseok por culpa del otro. Además se notaba que el chico no quería levantar el papel. Pero Yoongi insistía chistando desde atrás. 

Harto, y como él estaba más cerca del papelito tramposo, Jimin lo atrapó con el pie. Y con un solo movimiento lo pateó hacia atrás, de regreso con su dueño. 

A Yoongi claramente no le gustó eso. Detestaba tanto que el chico nuevo volviera a involucrarse con su grupo. Sobre todo porque se estaba dando cuenta que sus amigos querían más a ese enano que a él.

El profesor andaba cerca, vigilándolos a todos, estaba a punto de pasar por su fila, así que rápidamente Yoongi volvió a patear la bolita de papel. Esta vez en dirección a Jimin. 

Y esta vez lo hizo a propósito. 

El más chico estaba furioso con la actitud de su compañero de atrás. Puso el pie nuevamente sobre el papel y lo aplastó. 

— ¡Park! — oyó entonces la voz del profesor y se asustó. No se oía nada feliz. — ¿Qué se trae ahí? 

Mierda. Los habían descubierto.

— Nada — respondió nervioso.

— Levanta el pie — le ordenó el mayor.

— Uh… — muy avergonzado hizo lo que le pidieron. El profesor se agachó a recoger el papel y lo abrió. 

— Vaya, vaya — exclamó. — Junta tus cosas y ve a la dirección — le pidió luego sin más vueltas.

— ¿Qué? ¡Pero yo no hice nada! ¡Eso no es mío! — protestó indignado. 

— Bueno, a menos que aparezca el dueño, solo sé que estaba bajo tu pie. Así que… — el profesor miró a los estudiantes alrededor de Jimin, buscando un culpable que declarara. Pero solo hubo silencio.

Jimin volteó hacia Yoongi y lo miró. Más le valía decir la verdad a ese idiota. Porque esto era su culpa y solo suya.

No obstante, el rubio solo se encogió de hombros. Y lo que más, más odió Jimin fue esa estúpida sonrisita presumida que hizo.

— ¡No es mía! ¡Yo no fui! — siguió explicándole al profesor. No quería quedar como un soplón delante de toda la clase tampoco así que no se animó a delatar al rubio. 

— Jimin, ya me oíste. Ve a la oficina del director — insistió el profesor.

Mierda, si lo echaban de la escuela no iba a ayudar en nada a sus padres con el caso contra Suho. Se suponía que tenía que portarse bien. Seguro el abogado contrario no tardaría en alegar que era culpa de sus padres por no educarlo bien y que era un niño problemático. Ya se lo imaginaba.

Almas Gemelas - KookminWhere stories live. Discover now