Almas Gemelas - Kookmin

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Divertida y llena de energía. Así vivió Jimin esa tarde con sus nuevos amigos. La pasó tan bien que el tiempo se había ido volando. Era ya de noche cuando salieron del centro comercial. 

Seokjin, Namjoon y Hoseok se habían ido a sus casas primero y solo quedaban Yoongi y Jimin caminando hacia la parada de autobuses. Éste último no dejaba de hablar de su familia y de sus cosas con plena confianza como si el rubio ya fuese su amigo hacía mil años. Era genial lo rápido que se sentía en confianza con ese chico y con los demás también.

— Oye, Jimin…¿te gustaría hacer algo mañana? — le interrumpió Yoongi en un momento.

— ¿De nuevo con los chicos? ¡Sí, genial!

— De hecho...me refería solo tú y yo — aclaró el otro. Supuso que este era un buen momento para preguntarlo. La verdad ya se estaba aguantando demasiado las ganas. El chico nuevo era todo un bombón y le tenía fascinado. Tenía que tomarlo antes de que alguien más lo hiciera. Yoongi sabía que los demás no iban a tardar en venir por él. Jimin era demasiado bonito. Podría llamar la atención incluso de cualquier hetero.

— Uh, claro...pero ¿por qué solos? — cuestionó Jimin todo inocente. Yoongi rió. 

— Así como una cita. ¿Puede ser?

— ¿Una cita? ¿Uh? Oh… — reaccionó finalmente. — ¿Qué? No, yo nunca he tenido una cita — explicó nervioso.

— Tranquilo. No te preocupes. La pasarás bien conmigo.

¿Le gustaba a Yoongi? Jimin no entendía nada. Creía que lo había visto solo como amigo pero ahora esta propuesta repentina le confundía. No le molestaba, Yoongi era un chico buena onda y guapo, pero sí le sorprendía.

Tenía 17 años, no era como si nunca hubiera pensando en salir con chicos antes, pero nunca había hecho ni siquiera amigos. Tener novio le había parecido siempre una misión imposible en su vida.

Pero algún día iba a tener que empezar ¿no?

— Está bien — aceptó entonces con bastante timidez la propuesta de Yoongi. 

Llegaron juntos a la parada y esperaron allí, Jimin más nervioso que nunca. Yoongi fue el primero en irse y tomar su autobús. Mientras esperaba el suyo, Jimin no dejaba de pensar en todo lo que estaba cambiando en su vida.

— Están pasando demasiadas cosas demasiado rápido. ¿En qué clase de mundo paralelo me he metido? — se preguntó en voz alta.

Su teléfono sonó en ese momento y vio que era su madre. — Hola, ma — la saludó. — Estoy volviendo a casa recién.

— Oh, genial, cariño. Se nos hizo algo tarde en la universidad. ¿Podrías ir por tu hermana? Está en casa de un amiguito cerca del centro comercial.

— ¿Cómo? ¿Ya la invitan a la casa sus amigos? — exclamó sorprendido. — ¿Qué amiguito, eh? 

Su hermanita de 10 años sí que era buena socializando, vaya. Siempre había sido mejor que él en eso. Obvio aceptó ir a buscarla y fue por ella entonces como buen hermano mayor.

No se dio cuenta en ese momento que había personas siguiéndolo. Y las mismas lo siguieron por al menos las tres calles que caminó hacia la casa del amiguito de Soo-ah.

— No puedo creer que papá te dejara ir a la casa de un chico que recién conoces con tan solo 10 años — le comentó a la menor mientras caminaban tomados de la mano de nuevo hacia la parada.

— ¿Te vas a poner celoso, oppa? Aish — suspiró la niña. — Siempre la misma historia. Sabes que hago más amigos varones que niñas. 

— Bueno, eso es cierto pero igual...oye, ¿a qué no adivinas? Yo también ya hice amigos, e incluso mañana tengo una cita — le contó entusiasmado a su hermanita buscando impresionarla.