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— No entiendo. ¿Hice algo mal? — preguntó preocupado Jimin. 

— Dios, no. Ni se te ocurra empezar a culparte — respondió Jungkook.

— Pero es que-

— ¡Es problema de él! — exclamó. — No sé qué le pasa, está loco.

— ¿Pero por qué dice que no podemos estar juntos?

— Porque somos diferentes…básicamente lo mismo que yo te decía antes. 

— Oh…

— Pero yo estoy dispuesto a hacer que esta relación funcione — afirmó Jungkook. — Eso es lo que cuenta. No importa lo que diga mi familia.

— Sí, claro… — dijo Jimin, sin embargo bajó la mirada, no muy convencido al respecto.

— Jimin, no importa — insistió el pelinegro al verlo así. — Nosotros estamos juntos sin importar qué. 

— Lo sé, pero aunque también sé que tu papá está medio loco y hace cosas malas…supongo que también quería su aprobación — se lamentó. — No sé, que tú familia me quiera a tu lado, así como tú me quieres. Porque sé que tú los amas a pesar de todo. 

— Ay, bebé…— Jungkook le tomó la mano y dejó un besito en ella. — Mira, estoy seguro de que se le pasará. Con el tiempo se acostumbrará a vernos juntos. Y si no…pues aún tenemos el apoyo de mi mamá y de Tae.

— Tienes razón — asintió Jimin y sonrió. — No estamos solos.

¿Por qué tenía que importarle la opinión de un tipo que pretendía que su hijo se vuelva un delincuente, eh?

— Hey…aunque estuviéramos solos, aunque tuviéramos al mundo entero en contra, jamás te dejaría — declaró el pelinegro. — No olvides nunca eso.

Jimin se sintió reconfortado al oírlo. Su amor era más fuerte que cualquier obstáculo.

— Tampoco te dejaré — contestó. — Es una promesa. 

Juntaron sus labios y eso hizo sentir a los dos mucho mejor. 

— Para ser alguien que no creía en las relaciones, te la estás jugando por completo — opinó luego Jimin con una sonrisita. 

— Solo por ti, Minie. 

— Mmm no me compliques esta despedida siendo tan tierno — se quejó.

— No es mi culpa ser un novio tan perfecto — presumió haciendo reír al contrario. 

— Lo eres. Eres un diez — lo halagó Jimin.

— Y…¿No crees que me merezco un premio por ser tan bueno? — Jungkook no desaprovechó el momento para hacer una jugada.

— Mmm — Jimin pretendió pensarlo. — No, no te la voy a chupar en el auto de tu madre, y enfrente de mi casa — exclamó al final. 

— Bah, te falta adrenalina. Como sea, ya te voy a agarrar, Park. Vas a ver. Y no vas a tener excusas. 

— Veremos — lo desafió. Se acercó a darle un último beso y luego abrió la puerta del vehículo. — Te amo — se despidió.

— Te amo más, bebé — una última mirada y una sonrisa, y Jimin siguió su camino hasta la puerta de su casa. Jungkook, como ya era costumbre, no se movió de allí hasta no verlo entrar sano y salvo.

Luego condujo hasta su casa sintiéndose tranquilo por un lado y todavía algo molesto por el otro. Recordaba las palabras de su papá y pisaba más fuerte el acelerador de la bronca. ¿Quién se creía que era para decirle qué hacer? Sí, era obvio que él y Jimin eran muy diferentes, pero Jungkook había decidido hacer las cosas bien para poder estar juntos y merecerse este amor. Su padre ni nadie iba a venir ahora a hacerle cambiar de opinión. Que se fuera al diablo, pensó.

Almas Gemelas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora