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Jungkook ya estaba acostado esa noche, aunque todavía no se había dormido. Hacía rato había vuelto a casa después de su salida con Mingyu. Había sido una velada tranquila como le gustaban a él. Los padres de su amigo eran muy amables y habían estado muy agradecidos por la cena. Se notaba que nunca habían asistido a un restaurante costoso.

Estaba feliz de poder ayudar a esas personas a disfrutar un poquito la vida. Se lo merecían. Sobre todo su amigo que trabaja duro para poder pagarse la universidad. Hacía rato venía pensando en cómo ayudarlo con eso pero estaba seguro que Mingyu no le iba a aceptar ningún dinero gratis. Él y su familia no eran de esa clase de personas que aceptaban cosas porque así. De hecho, para agredecerle aquella cena, lo invitaron a su casa para cocinarle algo algún día como forma de pago.

Los padres de Mingyu hablaron durante la cena sobre conseguir una beca pero Mingyu no estaba teniendo las mejores calificaciones para obtener una así que solo le quedaba seguir trabajando en el taller para juntar dinero.

Pero Jungkook no se iba a dar por vencido, iba a ayudar a su amigo de alguna forma a cumplir sus sueños. Ya iba a pensar en algo.

Ahora estaba algo cansado pero no quería dormir todavía. No hasta que Jimin llegara para cumplir su trato de dormir juntos. Quería esperarlo despierto para asegurarse que viniera a su cama. 

Era bastante tarde, así que él y su hermano deberían estar regresando en cualquier momento. 

Eran como las tres de la madrugada cuando sintió pasos en el pasillo. No hacía falta que saliera a ver. Podía reconocer los pasos lentos y arrastrados de Taehyung con solo escucharlos. Y podía reconocer también lo cansado que estaba. 

Escuchó la puerta de su cuarto abrirse y cerrarse. Un minuto después reconoció los pasos de Jimin viniendo detrás. Al fin, pensó. A diferencia de su hermano, Jimin caminaba más rápido y más ruidoso. 

Sin embargo, el chico no fue hacia él. Siguió de largo y entró en su habitación.

Jungkook esperó. Quizás Jimin quería ponerse el pijama, lavarse la cara o algo. Esperó y esperó. Pero nunca fue a cumplir su trato como habían quedado.

— Ay, Jiminie, Jiminie — dijo mientras se levantaba. — Por qué me hacés renegar tanto.

Okay, si Mahoma no iba a la montaña, la montaña iría hacia Mahoma. 

Se dirigió en silencio hacia la habitación de Jimin. Abrió la puerta con cuidado, no podía ver mucho en la oscuridad pero lo encontró tirado de espaldas y dormido en la cama. Todavía vestido, el tonto ni siquiera se había quitado las zapatos. Solo había agarrado un pedazo de sábana y se cubrió el torso hasta la cabeza.

— Eres un desastre, Park — comentó en voz baja. Se tomó el trabajo de quitarle el calzado con mucho cuidado para no despertarlo. Una vez que acabó con los dos zapatos, se subió a la cama y gateó en ella hasta el respaldo para ver su bella carita de dormido. 

No obstante, al ver ese cabello de tono más claro que no reconocía en lo absoluto se sorprendió. Y se asustó. 

— ¿Qué carajos? — exclamó en voz alta y quitó la sábana de un manotazo para develar la identidad del que parecía ser un intruso. 

Aquello bastó para despertar a Jimin, y no de la mejor manera. Se dio vuelta y tiró a Jungkook al piso con todas sus fuerzas.

Aterrado se sentó en la cama y encendió la luz de su velador. 

— ¡¿Qué mierda haces?! — exclamó enojado al ver a Jungkook tirado en el piso frotándose la cabeza. — ¿Cómo me despiertas así, tarado? 

— Pensé que alguien más estaba en tu cama — explicó el otro mientras no dejaba de observar el cabello dorado del contrario. — No te reconocí.

Almas Gemelas - KookminWhere stories live. Discover now