▪️31▪️

2.2K 355 28
                                    

La señora Kim se mantuvo sonriente, alegre y muy conversadora durante la reunión. Entre ella y Taehyung eran los que más hablaban igual que la primera vez que comió con ellos. Jungkook estaba callado pero eso era común. Y Jimin participaba de vez en cuando. 

Cuando hablaban de cualquier otra cosa todo parecía estar bien pero cuando, por ejemplo Tae hacía algún comentario sobre la relación que tenía con Jungkook, o cuando éste se inclinaba a dejar un beso en su mejilla, el señor Kim parecía ponerse algo incómodo. Los miraba con molestia y ponía alguna excusa para hacer que se separaran o cambiar de tema. Jimin no era tonto, lo notaba. 

¿Por qué? ¿Por qué esta gran incomodidad de repente? ¿No se suponía que estaba todo bien?

Estaba preocupándose, y no entendía por qué Jungkook no.

— Oye, amor…¿no crees que tu padre está actuando algo… raro? — aprovechó a preguntarle en un momento que pudo tener a solas con él en la cocina mientras iban por más bebidas. 

— Mm no, no lo creo. ¿Por? — respondió Jungkook.

— Es que está algo serio y no deja de mirarme raro.

— ¿Ah sí? No escuché que te dijera nada malo.

— Bueno, no lo hizo, de hecho cuando se dirige a mí en particular me habla muy…simpático — pensó. — Pero no sé, me siento algo incómodo cuando nos mira a los dos más específicamente.

— Quizás es solo porque no está acostumbrado a verme con otro chico, es todo — se encogió de hombros. — La verdad, no me fijé, ni me importa. Solo tengo ojos para ti — coqueteó Jungkook. Lo tomó de la cintura y lo acercó a su cuerpo. — Y ya quiero que estemos un ratito a solas…

No habían tenido mucha intimidad desde aquella noche que compartieron juntos. Y la verdad ya lo estaba necesitando. Los dos esperaban encontrar algún momento para hacerse mimos más privados ese día.

Por ahora, Jungkook aprovechó y dejó un beso en su boca. Movió sus labios y profundizó el beso. Jimin le correspondió. Cómo negarse al delicioso tacto de su novio.

— ¡Jungkook! — escucharon el repentino grito de Suho entrando en la cocina. Jimin se asustó y se separó del más grande. — Dijiste que ibas a preparar unos tragos tú mismo. ¿Dónde están, eh? — preguntó luego tratando de fingir una sonrisa. 

— Ay, papá, a eso vine — bufó Jungkook. — Relájate, si sigues bebiendo vas a terminar borracho y haciendo el ridículo delante de mi novio — lo molestó.

— Ja, qué chistoso — se quejó Suho. Novio. Odiaba que le dijera así. Era muy conflictivo para su mente escuchar como su hijo le llamaba de esa forma a su otro hijo.

Los quería juntos pero no así. Y por ahora todo lo que podía hacer era intentar mantenerlos separados.

— Jimin, ¿quieres venir a dar una vuelta por la casa? — propuso entonces. — No creo que los chicos te hayan mostrado todo el lugar. 

— No, de hecho no. Es enorme — le contestó el menor. 

Y si bien Jimin se sentía un poco intimidado por aquel hombre, aceptó ir con él de todos modos.

Siguió al señor Kim hacia el exterior. Éste le mostró la casa por fuera y los alrededores. El lugar era precioso. Más allá de la casa y el jardín empezaba un extenso bosque. Jimin se preguntó si era por ahí dónde Jungkook y Taehyung habían aprendido a usar armas.

— Es increíble que sean dueños de todo este espacio — comentó mientras caminaban uno al lado del otro. — Mi casa en Busan era muy pequeña, y bueno, la de ahora es un poco más grande pero crecer en un lugar así de niños debe ser algo muy loco. 

Almas Gemelas - KookminWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu