▪️16▪️

2.8K 401 66
                                    

Horrible. Así se sentía el nudo que Jungkook tenía en el estómago al ver a Park a las sonrisitas con ese otro bobo en la entrada de la escuela ese lunes. Estaban apartados de todos y se preguntaba qué demonios podía ser tan interesante lo que le decía que parecía atrapar tanto la atención de Jimin. 

También se preguntaba si habían salido el fin de semana. Quiso tanto preguntarle a Taehyung sobre eso pero no podía ser tan obvio. Así que se tuvo que quedar con la maldita duda.

Él estaba a unos metros con su hermano y sus amigos pero no prestaba atención en lo más mínimo a lo que estaban conversando. No podía quitar sus ojos de Jimin. Y no tardó en arrepentirse de estar de chismoso porque lo que presenció a continuación le hizo apretar ambos puños: Eunwoo acarició delicadamente uno de los cachetitos del más bajito. 

¿Por qué? ¿Por qué le molestaba tanto que lo tocara así? Quizás porque él ya sabía lo que se sentía acariciar la piel de su compañero. Era suavecita, era como tocar a un bebé. Y ahora este otro también se estaba dando el lujo de sentirla. 

Luego de eso, la parejita se despidió y Jimin sonriente volvió con el grupo.

— Hola, chicos — saludó como si nada. Todos le respondieron menos Jungkook. Estaba enojado y no lo podía disimular. 

A continuación, empezaron a entrar para ir al aula. Pero Jungkook tenía otros planes. Aprovechó cuando ya todos se habían adelantado para detener a Jimin.

— ¿Sabes, Park? — le habló. — Eres bastante mentiroso al final.

— ¿Perdón? — lo miró Jimin.

— Tanto que dijiste que yo te gustaba pero al final te vas con el primero que te pone un poco de atención...otra vez. Menos mal que me porté bien contigo. O esto hubiera salido muy, muy mal. Gracias por darme la razón.

— ¿Lo dices por Eunwoo? Tae me lo presentó — respondió serio. — ¿Qué problema hay? ¿No puedo salir con otros después de que me rechazaste y actuaste como un idiota conmigo el viernes?

— Tú puedes hacer lo que quieras. A mí no me importa. Yo solo remarco hechos y la facilidad con la que cambias de opinión. 

— No cambié de opinión. Me gustas y te lo vuelvo a decir — declaró Jimin. Eso el pelinegro no lo esperó en lo absoluto. — Pero tú ni siquiera te atreves a darme un beso, Jungkook. No quiero ser el idiota que te ruegue como un bebé. Así que si un chico lindo y bueno aparece y me trata bien, no me voy a dar el lujo de mandarlo al diablo solo porque tú eres un miedoso. Y no te preocupes, ahora gracias a ti tengo los ojos más abiertos para decidir con quién salgo. Así que gracias — repitió. Sonrió y entró en el edificio.

Jungkook se quedó allí en las escaleras sintiéndose un completo imbécil por el planteo que acababa de hacer.

Y estaba furioso. Odiaba esta sensación de perder. 

No lo podía dejar así. Era más fuerte que él. Así que el resto de esa mañana en clases se encargó de molestar a Jimin sin parar para desquitarse. Y vaya que no se quedaba sin ideas. Desde patear su silla, sus pies y tirarle bolitas de papel por la cabeza, hasta pelear por la ventana después del segundo recreo. Jimin la quería cerrada porque entraba frío y viento que lo despeinaba y él la quería abierta. 

Cuando la abría, Jimin la cerraba. Y así, una y otra vez. Taehyung los observaba pelear como niños y lo encontraba demasiado divertido. Ahora notaba con mucha más claridad la tensión que había entre esos dos. ¿Por qué le costaba tanto a su terco hermano aceptar que estaba loco por Jimin? Era un cabeza dura.

En el almuerzo, Jimin volvió a sentarse con Eunwoo bajo la atenta mirada de Jungkook. Estaba satisfecho después de lo que le había dicho esta mañana. Realmente el chico estaba celoso. ¿Quién se creía que era para venir a reclamarle así, eh? 

Almas Gemelas - KookminWhere stories live. Discover now