▪️12▪️

2.5K 396 62
                                    

El pedido de los chicos no tardó en llegar, y así como llegó, se fue. Devoraron esas pizzas en cuestión de minutos. Los dos estaban con mucha hambre. A Jungkook le gustaba ver a Jimin con buen apetito y con más ánimo que cuando lo encontró en esa estación de servicio. Ahora estaba sonriente y no paraba de hablar. 

Le contaba sobre cómo le divertía su hermano Taehyung con sus ocurrencias y locuras, y cómo el castaño parecía haberlo adoptado como su amigo desde el primer día de clases.

— Tae es así de confianzudo con la gente. Aunque contigo creo que demasiado — opinó Jungkook. — Se puede poner muy pesado. Solo ignóralo.

— No, no me molesta. Me agrada. Aunque bueno...cuando se pone en modo justiciero da miedo — admitió Jimin. — Me da cosa verlo pegándole a otros chicos, aunque sean idiotas que se lo merecen.

— A mí tampoco me gusta que sea así — suspiró el otro. — Pero entiendo su necesidad de hacer justicia. A mí tampoco me gusta que abusen de los demás.

— No te he visto pelear nunca en la escuela. La única vez que te vi golpeando a alguien fue en ese callejón cuando me salvaste.

— Exacto, porque no me quedó de otra. Pero trato de mantenerme tranquilo. No me gusta pelear aunque no lo creas.

— Te creo — le sonrió Jimin. — O de lo contrario ya me habrías pateado el trasero hace rato — bromeó.

— Bueno, tú sí lograste ponerme una mano encima, atrevido — comentó Jungkook. 

— Oh, eso...lo siento — se disculpó sintiéndose apenado. — Yo...jamás había hecho una cosa así antes.

— Está bien. Me lo merecía por llamarte nenita. Sé que no te gusta — aceptó el pelinegro. —  Pero sí que me pegaste fuerte. 

— Ups. Supongo que no soy tan debilucho como parezco.

— No. Me gusta eso. Digo...eso es bueno. Ser más fuerte de lo que uno aparenta. Sorprende a las personas.

Él definitivamente se sentía sorprendido por Jimin. No por el cachetazo. Por toda su persona.

— Uh, bueno…— el más bajo no supo qué decir. Cuando se quedaban en silencio era cuando le volvían los nervios por estar a solas con Jungkook. — ¿Puedo preguntar cómo me encontraste esta noche? — decidió cambiar de tema.

— Ya te dije. Tengo mis métodos. 

— Oh, vamos. ¿Qué hiciste? ¿Rastreaste mi teléfono o algo así? — Jimin realmente lo había dicho en broma pero el contrario no lo negó ni se rió. — Espera, ¿lo hiciste? ¿En serio?

— Mi papá tiene contactos en las compañías de comunicaciones — confesó Jungkok.

— ¿Y le dan esa información a cualquiera? ¿Tu papá es policía o qué?

— No, pero…

El pelinegro no quiso seguir explicando. Estaba hablando demasiado. Jimin, de todos modos, captó enseguida la situación. Los Kim, familia poderosa y peligrosa. ¿Cuándo lo iba a terminar de entender? Por algo los chicos de la escuela le decían que se alejara de ellos.

Jungkook realmente no tuvo problema en localizar su teléfono y a él. Se preguntó cuántas veces había hecho eso su familia antes y con qué fin.

Sin embargo, no sintió miedo. No con este chico. Más allá de lo que implicaba ser un Kim o lo que hacía su familia, Jungkook no parecía malo. Ni Tae.

Jimin tenía muchas ganas de preguntar más sobre su familia pero prefirió no hacerlo. No era como si su compañero le fuera a confesar sus secretos familiares de todos modos. 

Almas Gemelas - KookminOn viuen les histories. Descobreix ara