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Esa noche necesitaba salir más que nunca. Jimin quería olvidar todo lo que había hecho en el día y solo disfrutar con sus amigos. Habían pasado demasiadas cosas. El fin de los recuperatorios, su primera pelea, su primera vez disparando, Jungkook, todo…

Ahora estaba terminando de prepararse en su habitación mientras esperaba a Taehyung haciendo lo mismo en la suya. Se miraba al espejo y notaba cuánto le había crecido el cabello en este último tiempo. Pensó en algún posible cambio de look. Siempre había querido el pelo largo. Pero ese era el viejo Jimin. El que le gustaba verse tierno y angelical.

Y esa era una imagen que ya no quería de él.

Definitivamente ahora quería cortárselo. Quería algo más varonil.

La puerta estaba entreabierta y cuando Jungkook pasó por ahí no dudó en entrometerse. — Vaya, vaya, ¿vas a bailar o a romper corazones esta noche? — lo inspeccionó de pies a cabeza. Jimin llevaba ropa casual pero cómoda. Jeans rasgados y una camiseta sin mangas. 

— Que cringe me dan tus piropos — respondió el menor. Y entonces lo miró. Jungkook, a diferencia suya, estaba muy elegante con sus pantalones ajustados, zapatos y camisita negra. Y todo su cabello peinado hacia atrás. ¿A dónde demonios iba a ir con Mingyu vestido así? — ¿Y tú a dónde vas?

No se aguantó, lo tuvo que preguntar. 

— A cenar a un restaurante — le contó el pelinegro. 

— ¿Solos? 

— Gracias por el interés en querer saber — rió. — No, no solos. 

Jimin respiró aliviado por la respuesta y le dio un sorbo de agua a un vaso que tenía al costado. Seguro irían otros amigos de Mingyu ¿verdad?

— Con la familia de Mingyu — aclaró luego Jungkook y le hizo atragantarse con parte del líquido que había ingerido.

— ¿Con la familia? ¿Por qué? — preguntó mientras tosía. — Quiero decir…¿Tan cercanos son ya?

— Sí, de hecho yo los invité a uno de los restaurantes de papá para conocerlos. Mingyu siempre me habla de ellos y como es una familia muy humilde que se la pasa trabajando decidí regalarles una cena lujosa. 

— Vaya, mírate nomás que amistoso y servicial eres. Y a mis padres nunca los llevaste a comer. 

— ¿Qué?

— Eso. A mis padres nunca los invitaste a ir a ningún lado.

— ¿Me estás reclamando? — rió Jungkook. 

— Para nada. Solo es…una observación — se excusó.

— Bueno, para empezar tu papá me detestaba — se defendió el pelinegro.

— Quizás por eso lo hacía. Porque nunca lo invitaste a ningún lado — insistió Jimin. No quería sonar rencoroso pero era inevitable.

— Le salvé la vida, que está, creo yo, por un nivel superior a cualquier otra cosa en el mundo. 

— Ah, sí, sí, claro…pero ya no éramos novios entonces. No cuenta, porque no era tu suegro.

— ¿Estás bromeando, verdad?

— Nunca lo invitaste a ningún lado cuando sí era tu suegro. A eso voy — siguió el otro. 

— Pues…el papá de Mingyu tampoco es mi suegro. Si eso sirve de algo… — Jungkook ya estaba perdido sobre cuál era el planteo del contrario.

— Exacto. Y aún así lo invitas…

— No entiendo bien cuál es el punto así que voy a proceder a retirarme hasta que digas algo más coherente. Y por cierto, sal a divertirte hoy, pásala bien con tus amigos pero recuerda que cuando vuelvas…te quiero en mi cama. Hoy empezamos.

Almas Gemelas - KookminWhere stories live. Discover now