▪️8▪️

2.5K 396 79
                                    

— No jodas. ¿Aquí vives? — exclamó Jimin mirando hacia arriba luego de que Taehyung detuviera el auto en la entrada. La mansión dónde vivía su compañero era enorme. Estaban cerca de un barrio privado donde pasaron por muchas otras casas lujosas pero ninguna era como esta. Alejada de todo y rodeada de naturaleza. Y por lo que pudo ver era la única que tenía seguridad privada en la entrada. Hombres uniformados y armados.

Bajaron del auto y Taehyung lo guió hacia el interior. — Siéntete como en tu casa. Vamos a la cocina por bocadillos y luego a mi cuarto.

Jimin estaba fascinado con todo lo que veía adentro. Hasta el más mínimo adorno de esa casa debía valer miles de dólares. Tenía miedo de tocar algo y romperlo. Si lo hacía, seguramente iba a tener que pagarlo con su vida. Así que se concentró en no ser un chico torpe en ese lugar mientras seguía al castaño hacia la cocina.

Una vez allí se encontraron con los empleados de la mansión. Un par de sirvientas que estaban limpiando y ordenando. Éstas saludaron a Tae y a su invitado educadamente y le ofrecieron preparale algo para comer. Jimin presenciaba todo con mucha sorpresa. ¿Cuánto dinero debía tener alguien para tener personas que prepararan la comida por ti?

— No, gracias, solo vengo por unas papas — les respondió el castaño. Abrió la puerta de un mueble y le pasó a su compañero dos paquetes de papitas fritas. Luego abrió la heladera y sacó dos latas de cerveza.

— ¿Tus papás te dejan beber? — preguntó curioso Jimin, como si a esta altura no fuera obvio que claramente el chico siempre hacía lo que quería.

— A mi mamá no le gusta, pero, bah — se encogió de hombros quitándole importancia.

— Exacto, no me gusta, jovencito — exclamó una voz femenina detrás de Jimin. Éste se dio vuelta y se encontró con una bella y fina mujer. Traía un vestido ajustado, tacones y su maquillaje era increíble. Sin embargo a pesar de su figura esbelta y delicada pudo notar en su mirada que también parecía ser alguien dura y con carácter.

Kim Jisoo frunció el ceño, se cruzó de brazos y miró molesta a su hijo con las cervezas en la mano.

— Oh, no son para mí, son para mi amigo, él me pidió — éste acusó sin problema a su compañero señalándolo. Jimin no sabía dónde meterse.

— Sí, claro, cómo no — respondió la mujer. — Como si no te conociera mejor que la palma de mi mano. 

Se acercó al castaño, parecía que iba a reprenderlo, mas solo sonrió y sacudió su cabello. 

— Ay, mamá, no seas mala onda. No voy a conducir ni nada de eso — protestó su hijo.

— Bueno, más te vale. ¿Y quién es tu lindo amigo? — Jisoo puso la atención luego en el invitado. Le sonrió con ternura. Era raro que Taehyung trajera chicos a casa que no fueran los que ya conocía. Y a ese lindo niño no lo había visto nunca.

— Hola, me llamo Park Jimin — saludó el más bajito e hizo una reverencia frente a la mujer. 

— Tenemos que hacer un trabajo de literatura así que nos vamos a mi cuarto — anunció Taehyung.

Kim Jisoo no reaccionó. Al escuchar el nombre de ese jovencito se había quedado paralizada. No podía dejar de observarlo. 

— Tiene una casa muy linda, señora. Gracias por recibirme — le dijo Jimin intentando ser amable. El castaño lo agarró de la mano y se lo llevó antes de que pudiera agregar otra cosa.

Salieron de la cocina y lo guió escaleras arriba, hacia su habitación.

— ¡Bienvenido a donde sucede la magia! — exclamó Taehyung abriendo la puerta. Tiró su mochila a un lado y enseguida se acostó en su cama.

Almas Gemelas - KookminWhere stories live. Discover now