▪️61▪️

2.2K 329 74
                                    

La espera se le había hecho bastante larga esa tarde. Jimin hasta había tenido tiempo para bañarse y maquillarse después de entrenar con Taehyung. Todavía no tenía idea a dónde Jungkook lo llevaría pero al final decidió ponerse algo casual pero lindo. 

Cuando el pelinegro por fin regresó a la casa se encontró a Jimin saliendo del baño, todo arregladito y perfumado. 

— Vaya, vaya — comentó con una sonrisa. — Alguien se tomó muy en serio nuestro tiempo juntos. 

— Me gusta estar arreglado. ¿Cuál es el problema? — respondió el otro avergonzado por el comentario. — ¿Y qué hay de ti, eh? ¿Por qué tardaste tanto? — replicó luego. 

— Perdón, bebé. No quise hacerte esperar mucho. Nos llegó un vehículo a último momento. Y luego alcancé a Mingyu a su casa. 

— Claro, me lo imaginé — reprochó Jimin. — Siempre tan amable. De seguro le prestaste mi casco. 

— Obvio.

El rubio puso cara de asco al escuchar la respuesta. — Pues ni creas que lo voy a usar ahora. 

— No hace falta. No vamos a viajar en moto — explicó Jungkook.

— ¿Uh? ¿En auto? — lo miró confundido Jimin. 

— Vamos a ir caminando.

— ¿Como que caminando? ¿A dónde vamos a ir? 

— A un lugar donde vamos a estar completamente solos — sonrió. — Me voy a dar una ducha. Espérame abajo en el patio ¿Sí? 

Jungkook se encerró en el baño dejando a Jimin todavía muy confundido. ¿A dónde diablos iban a ir? Si por allí no había nada. ¿O sí?

La verdad estaba ansioso por saber. Bajó y esperó a Jungkook afuera tal cual le había pedido. Por suerte el pelinegro fue rápido para asearse y no tardó mucho más en unirse a él. 

— Jiminie — lo llamó. El rubio estaba con la vista perdida en el bosque. Quizás pensando o recordando algo. — Estoy listo. ¿Nos vamos?

— Sí, la pregunta es a dónde — respondió. Jungkook señaló el bosque detrás de la casa. — ¿Es broma, verdad? ¿Estás diciendo que me vestí bien para ir a sentarme en la tierra o qué? — protestó. No que le molestara la idea pero hubiera pensado en una prenda más cómoda que los ajustados jeans que traía ahora.

Jungkook solo rió por su reacción. — Ya vas a ver. Pero antes de irnos…Que quede claro que a partir de ahora tienes que ser lindo conmigo como quedamos. Nada de ser odioso y quejoso. 

— Bien. Pero no te olvides que tú tampoco puedes coquetearme. Nada de llamarme bebé o amor como siempre haces — le advirtió Jimin también.

— De acuerdo. Entonces, vamos. Mi querido amigo, Jimin — anunció Jungkook y echó a andar en dirección al bosque. 

Al rubio no le quedó más opción que seguirlo. 

Atravesaron el frondoso bosque por el mismo camino que tomaban cuando iban a practicar tiro. Pasaron cerca del árbol que usaban como blanco y Jimin se quedó viéndolo un segundo. Todavía no había podido decidir si quería seguir practicando eso. Por el momento no tenía muchas ganas. Prefería pasar tiempo entrenando con Tae como hacía un rato o con Suho aprendiendo a conducir. 

— No te quedes atrás — le dijo Jungkook volteando a verlo. — No quiero que te pierdas. 

— Se me hace que más adelante ya no hay más caminos. No entiendo a dónde quieres ir. 

— Tú solo confía en mí — insistió. 

Y eso hizo. Jimin lo siguió. Y como el camino se hacía más y más difícil de atravesar y sentía que se estaba quedando atrás, se pegó lo más que pudo al pelinegro y le tomó la mano. 

Almas Gemelas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora