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— ¡Tae, espera! — gritó Jungkook. Su hermano se dirigía al auto en el estacionamiento de la empresa y no pensaba siquiera voltear a ver al pelinegro.

Finalmente lo alcanzó y lo hizo girar. — ¡Te estoy hablando! ¡Estoy aquí contigo! ¡¿Puedes parar un segundo?!

— ¿Puedes tú dejarme solo un rato? — se quejó el castaño.

— ¿No dijimos acaso que íbamos a estar juntos pase lo que pase? 

— Sí, eso dijiste pero no creas que no la vi, eh. Tu cara de alivio. 

— ¿Qué?

— Cuando te enteraste que no eras uno de los mellizos, sentiste alivio, Jungkook. Lo vi. Porque todo lo que te importa es no ser hermano de Jimin. Es todo lo que querías oír — reclamó.

— Eso no es cierto, Tae — respondió Jungkook. — Obvio que estoy aliviado de no ser pariente de mi novio pero no implica que no me importe lo de nosotros. Porque ya te dije, sigues siendo mi hermano.

— Otro chico es mi mellizo. Otro chico nació junto conmigo. ¿Eso no te duele, eh? No te duele como a mí.

— Tae… — el pelinegro lo miró con pena. — No necesitamos nacer el mismo día o ser mellizos para ser hermanos. Nos une más que eso. 

El castaño limpió sus ojos llorosos una vez más. ¿Cómo hacía Jungkook para verse tan fuerte después de escuchar cosas tan horribles? — Lamento todo lo que pasó con tus padres biológicos — dijo luego. — Tú te llevaste la peor parte. Es todo una porquería. Solo quiero volver a casa y soñar que todo eso nunca pasó.

— Pero pasó, Tae. 

— Yo quiero que seas un Kim, como yo, como siempre. 

— Yo…no sé, no sé qué soy ahora — admitió el pelinegro. — Aún estoy entendiéndolo. 

— Por favor — suplicó Tae. — Ni se te ocurra abandonar la familia para siempre. 

— Uh, yo…

— Promételo — insistió el castaño. No se sentiría mejor hasta escuchar esas palabras. 

— Está bien, te lo prometo. No los dejaré — dijo Jungkook y lo abrazó. 

— Necesito ir a casa. Necesito procesar todo esto — Taehyung aún quería irse. Esta vez más tranquilo luego de obtener esa promesa de su hermano. Sin embargo necesitaba tiempo a solas.

— Está bien. Nos vemos luego — Jungkook lo dejó ir. Lo observó subirse a su auto y alejarse. 

Justo su madre logró encontrarlos y lo observó partir también. 

— ¿Tae está bien? — preguntó.

— Shockeado como todos…pero estará bien — contestó Jungkook.

— Diablos, debí decirle algo. 

— Sí, debiste. Pero hace mucho tiempo, mamá — protestó. — ¿O es que nunca íbamos a saber la verdad entre nosotros? Con o sin Jimin.

— Yo quería…quería hacerlo. Pero luego encontramos a Jimin y se complicó todo. Pero yo siempre quise que supieras. Por tu madre. Ella fue una gran mamá y…era justo que supieras todo lo que hizo por ti.

— Ellos eran como papá ¿no? En los mismos negocios. En el mismo estilo de vida — se lamentó Jungkook. Quizás no era un Kim, pero sí fue hijo de otra familia mafiosa después de todo. 

Era su destino claramente. De una forma u otra.

— Sí — admitió su madre. — Pero eso fue hasta que tú apareciste.

Almas Gemelas - KookminWhere stories live. Discover now