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Tan enojado estaba Jimin con lo que acababa de ocurrir en el baño que tenía ganas de llorar de la bronca. Jamás en su vida le había levantado la mano a nadie. Ni siquiera a los acosadores de su otra escuela. Sus padres siempre le habían dicho que nunca debía ser violento con nadie y ahora había golpeado a un chico por primera vez. Uno que se lo merecía por ser tan idiota, pero de todos modos no pudo evitar sentirse mal. Odiaba haber llegado a esto. 

Jungkook no volvió a la clase después de él. No supo dónde se fue pero mejor porque no quería ni verlo. 

— Minie, ¿por qué te tardaste tanto en el baño? — le susurró Yoongi a su lado. — ¿Pasó algo? 

— Uh, no, solo me distraje — respondió bastante desanimado. El rubio se preocupaba por él. Era buen chico. Todo lo que Jungkook había dicho sobre su persona hacía un momento tenía que ser pura mentira. Yoongi salía con él. No estaría con otro. Bueno, no era su novio y ellos apenas empezaban a salir, pero Yoongi simplemente no parecía la clase de persona que saliera con varios al mismo tiempo. Y menos ponerse a manosear con otro después de su cita. Eso sería demasiado morboso. 

No, Jungkook era un maldito mentiroso de mierda. Eso era. No le iba a creer ni una palabra nunca más de nada de lo que le dijera. 

Gracias a Dios no lo vio lo que quedaba de clases ni a la salida. 

Ahora iba caminando solo por la vereda luego de haberse despedido de los chicos. Fue raro que Yoongi no quisiera acompañarlo a la parada de autobús ese día como ya se estaba acostumbrando hacer. El rubio solo dijo que tenía algo importante que hacer en su casa y se retiró antes que todos los demás. 

— ¡Mimimimimimi! — escuchó que le gritaban de atrás. Se detuvo y volteó para ver a Taehyung corriendo hacia él tratando de alcanzarlo. — Te estaba buscando. 

— ¿Qué pasa?

— Uh, ¿qué tienes? Te ves algo deprimido. 

— No, nada — negó con la cabeza y trató de poner una sonrisa. 

— Bueno. Me olvidé de preguntarte hoy si ya habías entregado nuestra tarea de literatura. 

— Ah, sí, no te avisé. Se lo llevé al profe durante el primer recreo, no te preocupes — le contó. 

— Genial. ¿Te dijo cuando van a estar las calificaciones? 

— Pues, no sé, quizás para mañana, porque ya estaba corrigiendo varias cuando fui a verlo. 

— Oh, ¿tan rápido? Bueno, gracias por el dato — le dijo el castaño.

— Seguro que aprobaremos — le animó Jimin. No creyó que a su compañero le importaría tanto ese trabajo. 

— Ah, sí, sí. Nosotros obvio. No preguntaba por eso… 

— ¿Qué estás tramando? — preguntó curioso Jimin. Podía notar en la traviesa sonrisa del castaño que algo estaba pensando. Y seguramente no era nada bueno. 

 — Oye, nada, nada — negó. — ¿Seguro que tú estás bien? — insistió con eso luego. En la carita de Jimin faltaba la alegría de todos los días. Algo le pasaba. 

— Sí, estoy bien. 

— ¿No me estás mintiendo, verdad? Soy tu amigo.

Jimin le sonrió con pena. Tae era demasiado perceptivo y podía sentir que genuinamente se preocupaba por él. Supuso que no tenía nada de malo contarle. — Tuve una discusión con tu hermano — confesó entonces.

— ¿Cómo? ¿Y ahora qué hizo ese? — exclamó indignado Taehyung. 

— Nada. Ser idiota como siempre — suspiró Jimin. 

Almas Gemelas - KookminWhere stories live. Discover now