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— Jungkook, se suponía que papá debía convencer a Jimin de lo contrario, no aceptar su loco plan — le dijo Taehyung a su hermano mientras conversaban a las afueras del hotel donde se estaban quedando los Park. 

Adentro en la habitación, éstos estaban reunidos con sus padres. Tratando de solucionar este conflicto. 

— Eso creí. Pero ya oíste a Jimin. Aunque papá no lo deje quedarse, usará el ADN para que lo reconozcan como su hijo. Y eso sería peor. Es un cabeza hueca — bufó el pelinegro.

Taehyung le hizo una seña para que mirara detrás de él y cuando lo hizo ahí estaba Jimin paradito con su maleta. Ya había sacado sus cosas y estaba listo para ir a su nuevo hogar. 

— Lo que escuchaste, eres un cabeza hueca — repitió Jungkook molesto en la cara del chico.

— Lo que digas, no me importa — respondió éste. — Tae, ¿me llevas hasta tu casa? — le preguntó luego a su hermano.

— Uh, ¿ahora? ¿No vas a esperar a ver qué acuerdo llegan nuestros padres? 

— No hay ningún acuerdo. Es mi decisión. Y tu papá me apoya. Ya está. 

— Pero tus padres…

— Me despediré de ellos mañana. Ahora es mejor irme.

— ¿Vas a dejar a tu hermana así? ¿No viste cómo lloraba? — lo regañó Jungkook.

— Basta — replicó Jimin. — Esto ya es difícil para mí, y tus comentarios no ayudan.

— Si, se nota lo difícil. Porque el Jimin que yo conozco jamás abandonaría a su hermanita. 

— ¡Cállate! — le gritó. — ¡Solo sigue con tus planes y déjame a mí hacer los míos!

— ¡No me grites! ¡Estoy tratando de hacer que abras los ojos y hagas lo correcto! 

— ¿Tú qué sabes sobre hacer lo correcto si no tuviste problema en matar todos esos tipos esa noche? — soltó de la nada Jimin. 

Dejó al otro callado. Había escupido ese comentario con tanta frialdad. No podía creerlo. Definitivamente Jungkook no podía reconocerlo. Algo había cambiado dentro de él. 

Y extrañaba a su chico dulce y tierno de siempre. 

No podía ser. Jimin solo estaba asustado y se sentía a la defensiva. El que amaba tenía que seguir allí dentro.

— Uh, voy a buscar el auto — comentó Taehyung incómodo. — Traten de no matarse en lo que regreso — y entonces se fue.

— Hice lo que tenía que hacer para protegerte y lo sabes — habló Jungkook nuevamente.

— Exacto. Es lo que quiero hacer yo también. Lo necesario por mi familia. Ahí tienes la respuesta — siguió discutiendo él. — No quieras detenerme. Si no quieres que esté en tu casa, entonces solo vete como siempre dijiste que harías.

Jimin le dio la espalda. Ya no quería hablar con él. Jungkook mejor que nadie debería entender lo que estaba sintiendo y ahí seguía sin querer apoyarlo. 

El pelinegro detestaba el tono con el se dirigía a él. Como si no le importara nada, como si nunca hubiesen estado enamorados. Cuando no hacía mucho estuvieron juntos haciendo el amor por primera vez y diciéndose lo mucho que se amaban. 

Ya no soportaba su actitud haciéndose el malo. Lo que menos tenía Jimin era maldad. 

Se acercó a él por detrás y envolvió un brazo alrededor de su cintura. — Bien, si no te vas, yo tampoco me voy — le habló al oído. 

Almas Gemelas - KookminWhere stories live. Discover now