25. Oficial

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Capítulo veinticinco

Hola 💕
Os quito un poco de tiempo para deciros que las siguientes tres semanas las tengo llenas de exámenes, por lo que los capítulos irán más lentos. No sé si subiré más de uno, pero seguro que hay uno a la semana.
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Aegan

El amor llega cuando menos te lo esperas. Hace estragos en ti y cambias por el bien de la persona de la que estás enamorada. Me pasó lo mismo y, aunque pensaba que no me correspondía, dejé mi dignidad a un lado y saqué la fiera que llevaba dentro.

Fui un gran valiente.

Todo lo que le dije era verdad. Ella me gustaba, me atraía físicamente y me encantaba su actitud. Sin embargo, sabía que ella y yo éramos polos opuestos. Yo era completamente diferente a ella y yo no la merecía, igualmente, quería tenerla para mí.

A un mafioso nadie le dice que no y mucho menos al Diablo.

Melissa sería mía, haría cualquier cosa por ello.

— No digas nada, solo... solo permíteme besarte de nuevo — me acerqué a sus labios.

La besé otra vez. Lento, intentando disfrutar cada segundo y milímetro de sus labios. Era como una despedida y, si lo pensaba bien, podría serlo por un tiempo. No tenía ni la mínima idea de lo que Melissa sentía por mí y eso me asustaba.

Nos separamos por falta de aire y, cuando abrí los ojos, noté como Melissa se encontraba con ellos cerrados, sus mejillas y la punta de la nariz rojas y respiraba pausadamente.

— Tú también me gustas, Aegan — confesó mediante un susurro —, y tengo miedo de eso.

Sonreí son satisfacción al escuchar su respuesta. Mis pulmones se llenaron de aire y quise brincar de felicidad.

— Yo también tengo miedo, Mel — expresé sincero —. Tengo miedo de no ser suficiente para ti, tengo miedo de fastidiar todo y que nos vayamos a la mierda, y sobre todo, tengo miedo de que mis enemigos paguen todo contra ti. Tú no sabes cuánto me preocupa el siguiente paso.

— No sé si esto sería lo correcto, Aegan.

Por segunda vez en la vida, no me importó que ella me llamara por mi nombre. No era un buen momento para hacer esto sexual.

— Yo tampoco lo sé, pero, si no lo intentamos, nos quedaremos con las dudas.

— ¿Entonces?

— Melissa Hawkins, quiero que seas mía, mi novia.

— No — soltó de golpe. Ella estaba seria, algo que me contagió —, de esa forma no.

— ¿Entonces? — fue mi momento de preguntar.

Yo no sabía cómo comportarme en una relación. Jamás había imaginado que esto me pasará a mí; siempre pensé que sería un hombre malévolo y mujeriego, sin ataduras, que viviría de una mujer a otra. Ahora, tendría que serle fiel, algo que no me costaría estando junto a ella. Tendría que ahorrar comentarios y tratarla como una reina, cosa que ella era.

— Quiero que sea como en las películas — sonrió inocentemente. Se podría decir que era la viva imagen de un ángel. Sus ojos se cerraban deprisa, dando un toque coqueto, y me imaginé como un aro brillante salía encima de la cabeza, además de unas blancas alas.

Sería un hermoso ángel de la guarda.

— ¿Quieres ser mi novia, Mel? — pregunté nervioso.

Y, ante todo, había dejado mi dignidad a un lado.

Caprichos ✔️ [LIBRO I]Where stories live. Discover now