44. Cásate conmigo

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Capítulo cuarenta y cuatro

A ver, el título del capítulo lo dice todo, pero, ¿qué responderá Melissa? Vosotros qué creéis 👀
Además, tenéis una parte erótica...
También podéis poneros la música de aquí arriba para que disfrutéis más de la lectura 💕

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Aegan

El momento decisivo había llegado.

Después de mi viaje a México, he estado muy pendiente de preparar la ocasión perfecta para pedirle matrimonio y que aceptara. Al final había llegado ese momento. Debo de admitir que dejé un poco de lado la caza de mafiosos inútiles, pero, claro, todo era por la buena acción de hacer una buena pedida de mano para que aceptara.

El tiempo corría demasiado rápido. Ya estábamos a finales de abril y solo tenía hasta septiembre para poder contraer matrimonio. Debía de hacerlo ahora perfecto para que no haya ningún obstáculo en mi plan. La noche había quedado perfecta para ello.

Melissa se volvió a sentar en su silla. Me miró nerviosa y comenzó a darle débil golpes a la mesa con sus dedos, indicios de su inquietud. Su sonrisa se había cambiado por una mueca de preocupación. Siendo sincero, me ponía triste que mi novia se encontrara mal por mi culpa. Sabía que el tiempo que la había estado evitando, había sido suficiente para que ella se creara miles de películas en su cabeza. Esperaba que todo se resolviera y todo se esfumara.

Si de verdad quería que aceptara, tendría que currarlo mucho.

Llamé al mozo que se había quedado durante toda la cena parado en la puerta. Este rápidamente se acercó a la mesa postrada en la mitad de la terraza. Pedí unas copas del mejor vino del local, total, el dinero no era problema para mí y como esto era de mi propiedad, no tendría que pagar la cuenta.

- Se ha quedado una linda noche, ¿verdad que sí? - mi novia intentó abrir una conversación. El ambiente era un tanto incómodo.

- Hermosa como tú, amore mio.

- ¿Qué me querías decir?

- Esperemos a que llegue el vino - si bien sabía que debía de estar completamente sobrio, necesitaba algo de alcohol recorriendo mis venas.

Las dudas de lo que pasaría a continuación seguían ahí. Tenía que casarme con ella, con la mujer que amaba, porque, si ella no aceptaba, tendría que contraer matrimonio con cualquier zorra que se abriera primero de piernas. No quería esto último, deseaba que fuera Mel.

El mismo mozo de hace unos minutos trajo una bandeja con una botella de champán y dos copas de cristal. Al contrario que antes, le di la clara orden de retirarse de la terraza para tener total privacidad. Al menos, si iba a ser rechazado, tendría la suficiente dignidad ya que que nadie lo sabría. Porque solo Melissa me decía que no.

- Acompáñame - ofrecí mi mano para después ir a una zona de confort con techado de tela y bien iluminado -. Jamás imaginé encontrar a una mujer con la que pasar el resto de mi vida. Si en diciembre me hubieran dicho que en abril, estaría perdidamente enamorado de una mujer, me reiría por completo en su cara. Sinceramente, estoy muy feliz de haberte encontrado.

- ¡Qué lindo, Aegan! Yo tampoco esperé encontrar a alguien que me secara del club de Leggio.

La abracé de la cintura, atrayéndola a mi cuerpo. Ella desprendía ese calor que se había vuelto tan familiar para mí en los últimos meses y que amaba. Su olor paso por todas mis fuerzas nasales y tuve que hacer mi mayor esfuerzo para no esconderme en su cuello y coger su aroma.

Caprichos ✔️ [LIBRO I]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora