15.

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Quise seguir esperando a Satoru pero mejor decidí llamar a Shoko

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Quise seguir esperando a Satoru pero mejor decidí llamar a Shoko.

— ¡Sunmi!

Antes de sacar mi celular, ellos llegaron hasta mi. Getou está bien. Está recuperado. De la emoción al verlo sano, corrí hacia él para abrazarlo con fuerza.

— S-Sun...

— Estás bien — dije, rompiendo el abrazo. Él sonrió y alborotó mi cabello.

— Siempre, pequeña, siempre — al mirar alrededor, me dio la impresión de que estaba buscando a Satoru. Suspiré profundo — ¿Y...?

— Satoru fue por Toji — dije. Me mordí el labio con nervios. Él frunció el ceño.

— ¿Toji? — preguntó Shoko — ¿Cómo sabés el nombre de ese tipo?

— Es mi... Padre — la expresión de la castaña cambió de golpe; de tener el ceño fruncido, lo relajó. Su mirada pasó de ser profunda a una de sorpresa, con los ojos inquietos —. Getou... Lo siento mucho... Perdón...

— ¿Por qué te disculpas? — preguntó confundido —. Tú no tienes nada que ver con sus acciones.

— Ustedes son completamente diferentes — intervino Ieiri al ver que las palabras de Suguru no calmaban mi ansiedad —. Tú eres una hechicera que está dispuesta a salvar a la humanidad, en cambio, él es un ambicioso que no le importa dañar a su familia con tal de obtener lo que él desea.

Suspiré. Quizá, Ieiri tiene razón.
Les comenté acerca de Misato con la intención de que mi mente me dejara de molestar con infinidad de palabras en contra para sentirme culpable. Más de lo que ya me siento.
Lo mínimo que puedo hacer ahora es ayudar a Misato y llevarla a su casa.

— Sunmi... Sé que no es momento para decirlo pero... Yaga me dijo que le llevaras el objeto maldito — comentó Ieiri. Por un momento me había olvidado de ese objeto.

— Está bien. Supongo que está en su oficina.

— Sí. Así es.

— Entonces iré con él.

— Nosotros nos encargamos de Misato, cuando esté recuperada estate lista porque la vamos a acompañar a su casa — dijo Getou, a lo cual asentí.

Se fueron alejando. Me quedé mirando sus espaldas, fijándome en las notables diferencias. Ni siquiera en el color de cabello son idénticos, a comparación mía y de Satoru que nuestros ojos son azules, pero los de él tienen una diferencia, tienen un iris bastante hermoso.

Suspiré.
No puedo sacarme de la cabeza la idea de que Toji estuvo aquí e hizo todo este disturbio. No puedo imaginarme la manera en la que atacó a Satoru, cómo golpeó a Kuroi, la manera en la que me atacó, cómo hirió a Getou y, la forma en la que mató a Amanai.

De nuevo el remordimiento se apoderó de mi ser dejándome estática. Todo esto es mi culpa... ¿O no? Él estuvo aquí, pero, no vino por mi así que no puede ser mi culpa. Pero... Es mi padre. Mi padre estuvo aquí e hizo destrozos. ¿Por qué ahora reconozco que es mi padre?

«Lovefool»; Gojo SatoruWhere stories live. Discover now