32.

1.5K 151 25
                                    

Últimamente he notado a Sunmi muy distraída. Quiero pensar que es porque, en unos días su hermano cumple años. Pero, no.

No es así.

Con Nanami se la pasa muy bien. Ríe, incluso bromea con él.

Ieiri dijo que, como yo estoy nervioso por lo de la boda, no me doy cuenta que también soy así con ella.

¿No será que se siente atraída por Nanami?

No, claro que no. Es su mejor amigo. Es nuestro mejor amigo.

— ¡Satoru! — exclamó ella al verme. Estaba llegando de haber hecho ejercicio en el patio.

— Nena.

Se lanzó a mis brazos sin importar que me encuentre sudoroso. La abracé con fuerza para levantarla del suelo. Comenzó a reír por mi acción.

— Al parecer estabas haciendo ejercicio — dijo, al bajarla al suelo y separarse de mi.

— Así es — respondí —. Voy a darme una ducha.

— Eh... ¿Después vas a estar ocupado?

— Sí... — hizo una pequeña mueca de tristeza —. Yaga me encargó una misión.

— Últimamente no me ha dejado asistir a misiones — dijo, un poco desanimada. Aún recuerdo que tenía miedo de asistir a misiones porque no quería encontrarse con maldiciones arácnidas —. De seguro fue por lo que pasó hace un mes...

— Aunque no lo creas, Yaga te ve como una hija — comenté. Y es cierto, Yaga ha quedado sorprendido con el desempeño de Sunmi que le ha tenido demasiado aprecio.

— ¿Tú crees?

— Sí. Él me lo dijo. Después de lo sucedido hace un mes, no quiere que te expongas a una misión hasta que tú misma se lo solicites, porque así verá que tu estado de ánimo mejoró — ella sonrió.

— ¿Crees tardar?

— No. Yo pienso que no — asintió lentamente —. Estás indagando demasiado, ¿qué pasa? ¿Te encuentras bien? ¿Acaso ya voy a ser papá?

— ¡¿EH?! — reí por su expresión de nervios — ¡No, Satoru!

— ¡Lo siento, perdón!

— Te preguntaba porque quería que me acompañaras a comprar los boletos para ir a Saitama. Ya ves que mañana tenemos que estar allá.

— ¡Ah! ¡Claro! — asentí sonriente —. Cuando regrese, nos vamos inmediatamente.

— Sí sí — asintió sonriente.

— Oye — me incliné ligeramente a su rostro. Ella se quedó con la mirada fija en mis ojos que estaban libres de cualquier lente oscuro — ¿Me amas?

— Tanto así que daría mi propia vida por verte feliz — respondió segura de sus palabras y con una sonrisa amplia — ¿Y tú a mi?

— Más que mi propia vida — besé su frente —. Esta noche, cuando salgas, mira las estrellas y multiplicalas por dos. Así sabrás cuánto te amo.

Se sonrojó visiblemente, aún con esa sonrisa. No pude evitarlo más y tomé sus mejillas para tener un apoyo para besarla. Le robé un suspiro profundo. Sus manos se dirigieron a mí cuello para hacer más profundo el beso. Era delicado pero apasionado, provocando que mi corazón latiera a prisa.

Al separarme, seguía con las mejillas sonrojadas a más no poder. Besé ambas sintiendo su piel caliente.

— No voy a tardar — susurré sobre sus labios.

«Lovefool»; Gojo SatoruWhere stories live. Discover now