51.

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— Ya quita esa cara

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— Ya quita esa cara.

— Tengo una infinidad de adjetivos con los cuales puedo ofenderte — dije —. Y no voy a reemplazar mi expresión.

— La única persona que me gusta que me mire hacia arriba es ella cuando...

— ¡Cierra la puta boca, prófugo de ácido folico! — interrumpí a su comentario.

Mira que tenerme en este extraño lugar. No. Ya había estado aquí hace años. Ahora tengo que volver a salir.

— Entonces baja aquí para verte hacia abajo — dijo Itadori sonriendo engreído.

— Parecen furiosos.

— Con permiso — dije. Me senté sobre uno de esos cráneos que estaban en el suelo —, pero eres tan soberbio que no te callarás y me vas a cansar.

— Oye...

— ¿Cómo no vamos a estar molestos? Nos mataste — dijo Itadori.

— ¿Esa es la manera en que me agradeces por sanar tu brazo? — preguntó Sukuna ofendido. Qué falso.

— ¡Y luego me arrancaste el corazón! No me agrada estar contigo en este lugar después de morir, pero... — vi que el muchacho tomó su arma —. Te haré llorar.

Sacó su arma, listo para atacar.
Con todas sus fuerzas se la lanzó a Sukuna, este, la evadió como si nada. Estoy sorprendida por la fuerza en la que la lanzó.

Comenzaron a pelear sobre uno de los huesos de este sitio.
Bajé mi cabeza para ver mi reflejo en este lago de sangre. Es tan claro que es lo único que se distingue en este sitio, lo demás ni siquiera tiene forma sobre el lago.

Itadori cayó al lago, logrando sacarme de mis pensamientos. Después Sukuna bajó para caer sobre él y sentarse.

— Sunmi-senpai — llamó Itadori. Me puse de pie para acercarme a ellos — ¿Qué es este lugar? ¿Es el Infierno?

— Bueno... — comencé —. Tiene finta de serlo. Sin embargo, no lo es.

— Estamos en mi territorio — respondió Sukuna.

— Fushiguro habló de esas cosas sobre el territorio.

— Idiota — dijo Sukuna molesto.

— Se llama Extensión de Dominio — respondí —. Espera, espera... — miré a Sukuna — ¿Entonces no...?

— ¡Para nada! — respondió —. No estamos muertos — me sonrió —. Mocoso, si aceptas mis condiciones, curaré tu corazón y te traeré de vuelta a la vida.

«Lovefool»; Gojo SatoruWhere stories live. Discover now