30.

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Tenía escasos momentos de tranquilidad. Siempre me mantuve alerta a todo lo que sucedía a mi alrededor porque sabía perfectamente que corría peligro por ser el portador de los Seis Ojos, incluso por ser del clan Gojo.
Fushiguro Toji, ese sujeto, mayor parte de su vida se empeñó en asesinarme, incluso, a su hija mayor la vio como arma contra mí. La entrenaba no porque quería que fuera un chamán de rango especial, sino porque sabía que ella llegaría a ser igual de fuerte que yo y me podría matar.
Si Toji hubiera sido un buen padre con ella, quizás, yo no estaría vivo. Ella tiene un poder inmensamente inimaginable que, si se lo propone, es matar al mismo Sukuna Ryomen o a Kenjaku. Es fuerte, poderosa y con un nivel de inteligencia que me sorprende a más no poder.

Es irónico que me quiera casar con la persona capaz de matarme pero también, la que es capaz de amarme incondicionalmente.

¿Y por qué estoy pensando en eso en este momento? Porque reconozco lo fuerte que se ha hecho. Sí, aún le falta mejorar mínimos detalles pero, con ese poder que tiene en este momento, es capaz de hacerle frente a cualquier maldición de rango especial sin hacer nada de esfuerzo.

Gracias a la tranquilidad del momento, se quedó dormida en mi pecho. Estaba entre mis piernas mientras me abrazaba y su cabeza la tenía recostada en mis pectorales. Yo la abracé de la cintura para estar ambos más cómodos. También comencé a sentirme con sueño.

— Me he fijado que cuando está contigo, se queda dormida — comentó Nanami.

— Eso pasa porque Satoru le reduce la producción de cortisol a Mimi — comentó Ieiri, mientras estaba en su celular. Escuché lo último antes de que también me quedara dormido: — Esa disminución favorece el aumento de la producción de serotonina y dopamina que ofrecen una sensación de bienestar y de tranquilidad.

Sin más ni más, cerré mis ojos porque sentía mis párpados pesados.
Así que, si Mimi se queda dormida cuando la abrazo o paso mucho tiempo con ella, es porque le ayudo a tener un nivel alto de serotonina y dopamina, por lo cual se siente tranquila y con bienestar. Por lo que, en mi caso, sucede lo mismo. Ambos nos sentimos muy bien uno con el otro y eso es lo que más me importa. Que así como yo soy un lugar seguro para ella, Sunmi lo es también para mí.

Perdí la noción del tiempo pero de algo estoy seguro, habíamos cambiado de posición; ella estaba sentada conmigo en su pecho. Lentamente me fui moviendo con la intención de no despertarla pero me llevé la sorpresa que ella ya estaba despierta. Sonrió con amplitud cuando mis ojos se conectaron con los de ella.

— Insisto, tus ojos me encantan demasiado — dijo sonriendo. Yo la tomé de la nuca para tener un soporte al besarla.
Me senté sobre su regazo para besarla mejor. Pasé mis pulgares en forma de círculos por su cuello logrando que soltara un gemido.

— Oigan, aquí no hagan eso, ¿Quieren? — escuché la voz de Nanami. Sonaba bastante molesto e incómodo. Sunmi se separó lentamente del beso mientras comenzaba a reír. Negué sonriente.

— Por un momento pensé que ya se iban a desnudar — comentó Ieiri a lo cual reímos bajo.

— No, ya, lo sentimos — dije.

— No volverá a pasar... — dijo Sunmi —. Frente a ustedes.

Ieiri negó sonriente, Nanami se quedó serio.

Son las 22:00 hrs.
En toda la tarde íbamos de un lado a otro con la intención de hacer tiempo para que se llegara la noche. Como Nanami vio que era hora de poner en marcha mi plan, me entregó la cajita. Ellos nos esperaron a unos cuantos metros atrás.

— Mira, ven — le dije a Sunmi tomando su mano.

— ¿Huh?

Fuimos caminando hasta un lago que había en el parque. Cuando era niño, venía aquí con mi familia para olvidarme de todas las responsabilidades que tenía.
La Luna se reflejaba en el agua, siendo la imagen más bonita que alguna vez he visto, claro, más aparte ver a mi novia todos los días independientemente de cómo esté vestida, si está peinada o no.

«Lovefool»; Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora