55.

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— Sunmi, está un hombre en el lobby queriendo subir a tu departamento. ¿Qué le digo?

— ¿Cómo es?

— Ah... Alto, cabello blanco, usa una camisa azul, gafas oscuras... ¿Qué hago? ¿Lo saco a patadas de aquí?

Reí bajo. Me imagino a la recepcionista sacando a Satoru de aquí. Parecería una hormiga contra una jirafa. No lo evité y reí a carcajadas.

— No... Déjalo subir.

— Comprendo. Bien. Gracias.

— Gracias a ti.

Terminó la llamada.
Seguí con mi trabajo. Nanami me pidió ayuda ya que en la oficina le estaban cargando demasiadas labores. Las tareas de él y las mías. Así que con eso le estoy apoyando.
Sí, llegó al mediodía, pero tenía otro asunto pendiente y ese era Itadori. Así que, a casi las 20:00 hrs, ha llegado aquí.

No pasaron ni dos minutos cuando tocaron la puerta. Debe ser él. Me levanté de la silla para ir directo a la puerta no sin antes bajar el volumen de la música. Abrí la puerta y me terminé encontrando con un Satoru sonriente que, al verme, reemplazó su sonrisa por una ligera mueca.

— Vaya recibimiento el tuyo — comenté.

Un momento...

Es por mi cabello.

— Te ves bien con ese corte — dijo, volviendo a sonreír.

— Ajá...

Rió mientras negaba.
Me hice a un lado dejándolo entrar. Una vez dentro, cerré la puerta.

— ¿Te ofrezco algo de beber?

— Un té verde, por favor.

Asentí.
Fui directo a la cocina a preparar el té mientras que él tomó asiento. Cinco minutos y me dirigí a la sala donde se encontraba sentado, mirando televisión.

— Nunca hay nada en la televisión — dijo, apagando el aparato. Le dejé la taza en la mesa de centro —. Gracias.

Tomé asiento en el otro sofá, el que está al lado izquierdo. Suspiré profundamente.

— Sí hay qué ver en televisión — dije —, pero que te guste es completamente distinto.

— Qué divertida — dijo sarcástico. Dio un sorbo al té —. Tiene un sabor dulce — me miró —, como me gusta — sonrió, permanecí seria —. Sunmi, quisiera hablar contigo.

Dejó la taza en la mesa de centro. Recargué mi espalda en el respaldo del sofá. Nada bueno saldrá de esto.

— ¿Sobre qué? — pregunté.

— Sobre esa noche que me hiciste esa pregunta — solté un quejido con leve aire saliendo de mis pulmones —. Sólo... Escúchame — lo miré sin expresión alguna, sólo haciendo caso a lo que me dijo —. Estaba molesto. Ese sujeto llegó con intenciones homicidas en mi contra, quería atacar a Itadori, y, lo más seguro, es que también quería hacerte daño — pasó, de manera desesperada, su mano por su cabello lacio y despeinado —. Me siento estresado.

«Lovefool»; Gojo SatoruWhere stories live. Discover now