23. Amarte me duele.

1.1K 67 28
                                    

Franccesca

Mientras ayudaba a poner la mesa con mi hermano, paraba oreja para escuchar la conversación que estaban teniendo mis viejos en el living. Hablaban de Mateo, y lo sabía por lo frustrado que se escuchaba mi papá.

Me acerqué a ellos para avisarles que la mesa ya estaba lista, mi mamá puso la comida y nos sentamos a comer.

No tenía mucha hambre porque venía de estar con el morocho en el parque, con quien tomé mates como prometimos. Me llené con eso y no había forma de que ahora trague algo.

—Nos hablaron de Travel— dijo mi mamá para poder iniciar alguna charla.—. Viajan en la segunda semana de julio, ya falta poco— informó y se me salía el corazón de los nervios.

A mí familia le costó bastante tener que aguantarme hablando todo el día de ese viaje desde que eligieron la empresa, me había quedado tan manija que, al tercer día de conocer con qué empresa viajábamos, con mis amigas buscamos todos los colegios que irían con esa empresa. Quizá que, cuando empezó el año, no fui tan gede con ese tema, pero ahora me iba a agarrar la locura de vuelta.

—¿Me vas a traer chocolates?— me preguntó mi hermano, pero yo lo miré alzando una ceja.

—Dame la plata y te los compro.

—Dejá, me compro en el kiosco— cambió de idea, rodando sus ojos.

—Me tengo que hacer un lugar en la semana y comprar ropa— reconocí echando un suspiro. Me gusta comprarme ropa, pero no me gusta saber que tengo que aguantar a tanta gente en el centro para terminar comprándome dos prendas.

—Podemos ir este finde— propuso mi mamá, entregándome mi plato de fideos.

Mi papá estaba mudo, y a la vez escuchaba todo lo que decíamos.

—Seguro le diga a Delfi que venga, ella está igual de perdida que yo— avisé a la par que le arrebataba el paquete de queso rallado a Marco, quien como todo un quejoso, puso cara de orto.—. ¿Por qué esa cara de preocupado, pa?— me atreví a preguntar.

—Nada, hija— contestó el mayor, sirviéndose agua.—. Estoy suponiendo que, si vos te vas de viaje en la segunda de semana de julio, los del Nacional también.

—¿Y qué tiene?— fruncí el ceño.

—En esa semana están las previas— informó.

Otro problema más.

—Mañana hablaré con Fausto, seguro tendremos que adelantar todo— planteó, ahora refregándose todo el rostro.

—¿No es mejor atrasarlo?— insistí.— No sé cuántos alumnos tendrás en quito con previa, pero van a estar con la cabeza en el viaje y no en etudiar.

—El único que tiene previas conmigo es Mateo— me contesto.

Qué puntería que tiene este pibe, la puta madre.

—Y ya tuvo bastantes oportunidades como para darle otra, así que lo decida Fausto, yo no me meto más— explicó desinteresado.—. Mañana me tienen que dar una entrega parcial de un trabajo en grupo, y no me sorprendería saber que él no hizo nada...

cicuta; trueno.Where stories live. Discover now